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MIGUEL MARTÍN > PRESIDIENTE DE ASPA

“Debemos ser más despensa y menos dependientes”

   

DAVID SANZ | Santa Cruz de La Palma

Miguel Martín, durante la faena en su finca de plátanos en Breña Baja. / DA

Miguel Martín, durante la faena en su finca de plátanos en Breña Baja. / DA


Lleva seis años presidiendo ASPA, la entidad con mayor representación del sector agrícola y ganadero de La Palma, que reúne a más de 800 socios. Empresario y agricultor, conoce bien el sector, en especial el platanero, además de caracterizarse por ser un hombre de diálogo. Le preocupa el futuro de la agricultura, si bien reconoce las grandes potencialidades que encierra.

-El año pasado fue muy malo para el plátano. ¿Ya se empieza a recuperar?

“2010 fue muy malo, con muchos millones de pica y sin un precio digno. Este año, después de pensar que habrían muchos millones de kilos, estos no han aparecido. Ha habido menos banana y los precios están muy altos. No se puede seguir subiendo los precios. Nosotros hemos apostado siempre por un precio más estable, de manera que el consumidor sea fiel. Habría que buscar un mecanismo de control del precio en una horquilla que permita que el agricultor cuando va a trabajar sepa que va a llevar un jornal para su casa y en función de los plátanos que tenga sepa lo que va a ganar”.

- ¿Pero el precio no lo regula el mercado?

“Sí, pero podríamos fijar una horquilla. Nosotros tenemos que luchar por una firma de contrato a precio estable. Así las grandes superficies, que son las que consumen, al final saben que tienen unos precios todo el año. La regularidad en el mercado para cualquier producto es buena. Esto pasa por la necesidad de unificar la calidad, que es el primer paso para salir al mercado exterior. Pensamos en la necesidad de salir a mercados exteriores, con plátanos ecológicos y con un producto diferenciado. Pero, lógicamente, necesitamos la calidad. Necesitamos también saber qué quiere el ama de casa”.

-¿Los debates y cumbres que se realizaron el año pasado sirvieron para avanzar?

“Hemos perdido un tiempo precioso. A Asprocan hay que aplaudirle por la gestión hacia fuera, pero con el interior hemos perdido un tiempo precioso. Este sector tiene que estar dialogando continuamente y aquí no hay enemigos del sector. Desde que decimos algo distinto parece que vamos en contra del sector. Nadie tiene toda la verdad, pero sí hay la necesidad de hacer mesas de trabajo que permitan ir avanzando con una hoja de ruta. Posiblemente Asprocan necesite una reforma estatutaria. Una reforma que marque unas pautas para la comercialización no sólo para las picas. El diálogo es primordial porque a veces este sector no se entiende. Los agricultores producimos bien. Lo que hay que unir el sector para buscar una solución a los problemas”.

-Han pasado cuatro años con una agricultura muy politizada en La Palma. Muestra fue el pique entre Merco y Sodepal. ¿Es bueno?

“Creo que ha sido malo para el sector. La política tiene que estar al margen y eso significa mucho diálogo. Sobre la agricultura no se puede hacer política y hace falta un gran pacto regional donde se marquen las pautas, donde las ayudas al Posei se midan en bloque y se repartan con un criterio digno. A nosotros nos hubiera gustado que no hubieran estado dos empresas públicas. Tendría que haberse firmado un convenio de colaboración y lo seguimos pidiendo. Para impulsar las medianías hay que planificar. No podemos tener hoy 1.000 kilos de coles y ninguna mañana. Es necesario en La Palma que cada vez seamos más despensa y menos dependientes. En estos momentos de crisis el autoconsumo lo tenemos que plantear en serio”.

-Se dan situaciones ambiguas en las que hay más demanda que oferta, como en el queso.

“Es un sector que puede crecer. La Ley de Medidas Urgentes nos dio mucha ilusión pensando que en poco tiempo íbamos a tener todas las granjas legalizadas y hasta la fecha tenemos muy pocas porque tropezamos con los mismo problemas que antes. Tenía que haber sido una ley ágil y fácil de desarrollar, pero no fue así. Pero tenemos que ponernos un plazo breve para la legalización. Por otro lado está la Central Lechera. No puede ser un centro de maduración de queso. Podemos plantearle al sector que con una recogida de leche podemos hacer queso casi en las mismas condiciones que el artesano y permitir que haya gente que solo cuide cabras como ganadero. La falta de suelo ganadero es un déficit importante en la mayoría de los municipios. Lo que es lamentable es que cada vez que alguien cumple 65 años años cierra la granja y esa granja se muere. Eso son cien o doscientas cabras que dejan de producir queso y no se puede permitir. Y eso está pasando y es malo”.

-El sector vitivinícola tampoco está atravesando buenos momentos. ¿Qué se puede hacer?

“Necesita claramente definir qué quiere el consumidor. Cada uno hace su vino y lo ve bueno, pero puede ser su gusto y hay que ver lo que demanda el consumidor. El Consejo Regulador tiene que estudiar la necesidad de incorporar algún varietal más para dar color e introducir algún sabor. Tenemos que mantener nuestros varietales pero introducir alguno más. Tenemos que ver qué podemos introducir para que nos mejore. Hay que hacer un programa de varietales adaptados a cada zona. Si producimos la cuarta parte del vino que consumimos y tenemos la bodega llena algo está pasando”.

-¿La rotura de la presa de la Laguna de Barlovento perjudicará al sector?

“El arreglo de la presa nos va a sacar nueve o diez millones de inversión. Pero hay que hacer comprender la necesidad de que vengan las dos inversiones y creo que es fácil hacerlo porque el Ministerio y la Consejería han asumido que esta presa es experimental. De lo que se trata es que definitivamente deje de ser experimental, que la dotemos de la capacidad que sea para no tener estos sobresaltos, porque en un año como éste pasa, pero en un año seco sería nefasto. Además sería bueno hacer ver que realizando unas obras en la próxima legislatura como pueden ser una serie de balsas en la zona Este y colmatar Vicario y otra balsa más en el Valle podemos tener una serie de años tranquilos, sin tirar agua en invierno. Esa calidad de agua es la que hay que explotar, que nos puede dar una agricultura diferente si queremos ser la gran despensa del mercado regional”.