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NOMBRE Y APELLIDO > POR LUIS ORTEGA

Karol Wojtyla

   

Protagonista del segundo proceso más raudo de la historia -sólo le ganó la Madre Teresa- el beato Karol Jozef Wojtyla que, como Juan Pablo II, entre el 16 de octubre de 1978 y el 2 de abril de 2005, ejerció el tercer papado más largo, cumpliría hoy noventa y un años.

Dado a fijar dogmas y batir marcas, devolvió al Vaticano su influencia y poder arbitral, defendió sus ideas con rudo ardor -con la Teología de la Liberación y el cisma de Lefebvre- e impulsó la renovación de fidelidad en Jesús de Nazareth, el compromiso con los derechos humanos, la diversidad cultural, la condena de la guerra y la lucha por la paz, y la vuelta al ecumenismo, eje del último concilio. Su carisma, poder de comunicación y dotes diplomáticas, probadas en ciento veinte y nueve viajes al exterior -el primero en enero de 1979 a Santo Domingo y el último, en agosto de 2004, al Santuario de Lourdes – y la expansión de las relaciones internacionales que pasaron de 84 estados, al tomar posesión, a 179 a su muerte, le confirieron un liderazgo planetario. Campeón de las beatificaciones -1.340- y canonizaciones -483- que superan la suma de sus antecesores en los últimos cinco siglos y nombró a doscientos treinta y dos cardenales.

Políglota de catorce idiomas – “con el latín por precepto y el polaco natal, y los otros por obligación pastoral”- fue un ferviente propagador del culto mariano y, según una hagiografía que circula por la Red, “mayo fue el mes que aportó los datos capitales de su biografía”; el día 29 de 1967, Pablo VI lo elevó al cardenalato; el 13 de 1981 y 1982 sufrió dos atentados y mismo día en 2005, monseñor Ruini, Vicario de Roma, abrió el proceso beatificador.

“En el mes dedicado a María”, publico tres de sus catorce encíclicas -“Dominum Vivificantem”, 18 de 1986; “Centesimus Annus”, 1 de 1991; y “Ut Unum Sint”, 25 de 1995 -piezas fundamentales de sus documentos lpontificios, que incluyen una decena de libros- “¡Levantaos, vamos!” también salió en ese mes en 2004, y es una memoria pedagógica de su experiencia personal, además de los nuevos tomos de Derecho Canónico, revisión largo tiempo aplazada.

El pasado día 1, su sucesor, Benedicto XVI lo elevó a los altares y, el 18 de mayo, compartirá santoral con los mártires Dióscoro, Teódoto, Erico, Eufrasia, Faína, Matrona, Cristiano Arsenio, Anastasón, Basilica, Teocusa, Alejandra, Claudia y Julita, con el abad Agnelo, el confesor Félix, con las fundadoras Rafaela María (Esclavas del Sagrado Corazón) y María Josefa (Siervas de Jesús) y con el papa Juan I. Su personalidad, los eclipsará a todos.