Los resultados de los últimos comicios confirman que Ricardo Melchior continuará como presidente del Cabildo de Tenerife, al ser el candidato que encabeza la lista con mayor número de votos y de consejeros en la corporación, aunque no tenga una cantidad suficiente por encima de la mitad más uno que se necesita en otros lados.
Los cabildos canarios tienen una particularidad única que los distingue de cualquier otra corporación española. Son realmente el único lugar en el que los ciudadanos eligen al presidente directamente, ya que lo es la persona que encabece la plancha que tenga el mayor número de votos, independientemente del número de consejeros que logre sumar finalmente.
En todas las demás entidades, es necesaria una segunda elección, la de los concejales o los consejeros, que son los que eligen al alcalde o los presidentes, con el apoyo de una mayorÃa suficiente, bien sea del propio partido o fruto de un pacto.
Esto no es que garantice el mandato al presidente, pero ya es otro el proceso que tiene que venir después, el que cambiarÃa las cosas, porque sólo puede ser removido mediante una moción de censura que obtenga más votos de consejeros que los que dispone el titular de la corporación. Si no ha logrado un pacto para fijar los votos suficientes, la oposición lo sustituye, como le sucedió a José Miguel Soria, en Gran Canaria, tras las elecciones del 2007.
En otras instituciones, quien quiera ser alcalde o presidente del Gobierno, si no tiene concejales o diputados suficientes, ha de sentarse a negociar para obtenerlos y no será el mandatario hasta que lo consiga. En el caso del Cabildo, es la oposición la que tiene que llegar a pactos para remover al nuevo presidente mediante una moción de censura y eso puede ser más difÃcil si los interlocutores son ideológicamente adversarios, como ocurre en este caso, en que son PP y PSOE.
Melchior esperaba no verse en esta tesitura, obteniendo una mayorÃa absoluta, pero no ha sido asÃ. Seguramente ha influido en ello los resultados nada brillantes de Coalición Canaria en Santa Cruz y una caÃda menor en la candidatura al Ayuntamiento de La Laguna, pero aún asà su victoria ha sido clara, aunque ya veremos si suficiente según los pactos propios o ajenos.
Y en el Cabildo de Tenerife es preciso señalar que, si bien uno solo es el ganador de las elecciones, las tres principales fuerzas polÃticas presentaron unos buenos candidatos y, aunque uno guste más que otros a los ciudadanos, todos ellos, cada cual con su estilo y carácter para la gestión, podrÃan ser óptimos presidentes de la institución. Eso hay que apuntarlo, como un enriquecimiento real que se hizo en la oferta a los ciudadanos por parte de los partidos, en unos momentos en que algunos cuestionan con más o menos fundamento a la clase polÃtica sin distingos.