TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife
Como ya ocurriera en marzo pasado, la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife volvió a presenciar cómo la totalidad de los testigos del llamado caso Meiers, asà denominado por el apellido del acusado de asesinar a su expareja en Guargacho (San Miguel) al propinarle hasta 82 puñaladas, apuntaban hacia el sospechoso como responsable de tan crueles e injustificables he-chos.
Si bien la primera jornada del mediático juicio estuvo protagonizada por la novedad de escuchar la versión de Hans Meiers, un antiguo buzo del Ejército de la extinta Unión Soviética de 42 años de edad, ayer hubo plena coincidencia en el relato de los testigos acerca del carácter extremadamente violento del acusado y del acoso al que sometió tanto a la vÃctima, Kristine, como su pareja. Tampoco faltaron declaraciones sobre lo acaecido en aquella infausta jornada de agosto.
Destaca sobremanera el testimonio de Armando, por entonces pareja de Kristine y receptor, por vÃa de su teléfono móvil, de un sinfÃn de amenazas reconocidas parcialmente por el propio Meiers. Armando, que en su dÃa manifestó su indignación por la decisión de repetir este juicio con jurado, mantuvo ayer la compostura a pesar del evidente dolor que le causa el recuerdo de su amada y de cómo el asesino destruyó de un plumazo su hasta entonces armónico universo.
Una vez más, el joven detalló cómo Meiers hizo la vida imposible tanto a quien fue su pareja, Kristine, como a él mismo, asà como sus esfuerzos por intentar preservar su existencia. A este respecto cabe recordar que Armando y Kristine interpusieron medio año antes del crimen una denuncia criminal contra Meiers en la que se solicitaba que se le prohibiera su entrada a la Isla, donde no tenÃa oficio ni beneficio.
Sin embargo, dicho juzgado de Arona, especializado en casos de violencia de género, nunca respondió en vida a Kristine si admitÃa o no a trámite la demanda. Para mayor escarnio, se lo notificó después de haberse cometido su vil asesinato.
Por si la contradictoria declaración de Meiers no fuera de por sà esclarecedora, otros testigos lo señalaron como un sujeto violento. Especialmente significativo fue el testimonio del responsable de seguridad de un hotel de lujo del Sur de la Isla donde trabajó la vÃctima, y que relató cómo Meiers amenazó en su dÃa a los trabajadores del establecimiento si ayudaban a Kristine y a Armando.
También destacó, como ya ocurriera en marzo, las declaraciones de la mejor amiga de la vÃctima y de una de sus vecinas, que la atendió cuando su vida se escapaba por las 82 puñaladas que le asestó el monstruo frente a su vivienda de Guargacho. Recordar que Armando a buen seguro que debe la vida a que en aquella jornada se encontraba trabajando.
Hoy continúa el juicio, que dirige con mano de hierro envuelta en terciopelo el presidente de la Sección Quinta, Francisco Mulero. Será un dÃa de peritos y, la técnica asà lo dispone, se podrán establecer las videoconferencias previstas.