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“Gracias a ‘AliX’ el tinerfeño se equiparará al peninsular en telecomunicaciones”

Carlos Alonso, consejero de Economía, Competitividad y Turismo del Cabildo de Tenerife. | JAVIER GANIVET

ROMÁN DELGADO | Santa Cruz de Tenerife

Carlos Enrique Alonso Rodríguez (Carlos Alonso) seguro que no tiene el don de la ubicuidad, pero, si es así, que no hay que dudarlo, poco le falta. Joven, preparado, bien considerado por casi todo su entorno, ágil y con buena cabeza, es el hombre sobre el que pivotan los grandes proyectos del Cabildo de Tenerife. Alonso, de nuevo consejero insular en esta Corporación y responsable del área de Economía, Competitividad y Turismo, es el ingeniero, la persona que conduce la gestión en esa gran casa y el hombre de máxima confianza del jefe, del presidente Ricardo Melchior. Lo importante siempre pasa por sus manos, y por su cabeza.

Alonso fue precoz en la gestión política, donde se inició con menos de 30 años de edad, en una dirección general del Gobierno de Canarias relacionada con la Unión Europea, entonces gracias a una propuesta de nombramiento del PP. También con el PP estuvo en la Consejería de Agricultura del Ejecutivo regional, en varias ocupaciones.

Economista y especialista en asuntos comunitarios, tiene un brillante expediente académico y ha trabajado como funcionario de la Comisión Europea. Alonso explica aquí, con detalle, el porqué de las grandes iniciativas que hoy el Cabildo tiene en marcha, en especial los planes de los trenes del Sur y del Norte y el proyecto de telecomunicaciones AliX.

-El Cabildo ha dado la foto más movida en deuda pública de las corporaciones locales canarias. ¿Cómo puede afectar el endeudamiento a los proyectos en curso?

“Sobre este asunto hay que tener en cuenta que los cabildos, entre ellos el de Tenerife, son los que más han sufrido el proceso de crisis económica, más que otras administraciones públicas, porque son muy dependientes de los ingresos que están ligados al consumo [recursos del REF]. El 50% de los ingresos del Cabildo corresponde al bloque local, donde la parte esencial es el Impuesto General Indirecto de Canarias (IGIC). En los ayuntamientos, este porcentaje no llega al 20%, y en el Gobierno de Canarias es sólo del 6%. La reducción que se ha producido en la recaudación fiscal de recursos del REF, donde se incluye el IGIC, ha sido muy significativa, de casi el 50% en los tres últimos ejercicios cerrados. Por ello, nosotros hemos bajado nuestros ingresos, y esta caída, la que es sólo imputable al IGIC (a ese bloque del 50%), ha significado para el Cabildo una pérdida de recursos financieros en torno al 25%, lo que ha hecho aumentar el nivel de endeudamiento del Cabildo en términos relativos. Pero, bueno, nosotros estamos tranquilos desde el punto de vista del endeudamiento, principalmente porque los niveles actuales no ponen en peligro el desarrollo de los servicios esenciales del Cabildo. Hasta hoy ha sido posible una política importante de inversión, y pensamos que, con la mejora que se aprecia en la recaudación del IGIC, la situación es plenamente soportable”.

-¿Qué está pasando con la financiación pública de los proyectos de trenes para el Sur y el Norte? ¿Por qué no hay luz verde?

“Vamos a ver… Metropolitano de Tenerife, SA, no es una entidad que consolide con el presupuesto del Cabildo insular. Sus ingresos comerciales, según la normativa actual, están considerados como los de un ente autónomo y, desde este punto de vista, la actividad de Metropolitano es sostenible. La sociedad está en el marco financiero que se aprobó y no consolida con el Cabildo. En el caso del tren, nosotros estamos trabajando con la Intervención General del Estado para ver un modelo de financiación que no suponga que el endeudamiento que Metropolitano tiene que asumir para adelantar las aportaciones públicas, que será en un periodo largo, compute con el del Cabildo. Ello, en el caso de Metropolitano, estaría vinculado a la capacidad que tiene este promotor de pagar la deuda. Las cosas van bien, y creo que a lo largo de las próximas semanas podremos resolver esta cuestión, de forma que el esquema de financiación no tenga riesgos desde el punto de vista del endeudamiento y así el Estado pueda aportar las cantidades previstas”.

-¿Usted quiere decir que se busca que el endeudamiento sólo sea imputable a Metropolitano de Tenerife?

“Sí, sin que esas cantidades se consoliden ni con el Cabildo ni con el Estado. Como Metropolitano es una sociedad proyectada al mercado, la regla que existe actualmente es que el 50% de sus ingresos sean de mercado. Esta regla se va a endurecer en dos años. El trabajo que nosotros estamos haciendo es para cumplir la regla que tendrá que aplicarse dentro de dos años, cuando aquella regla del 50% será sobre los gastos. Actualmente en ese 50% no se computan ni amortizaciones ni gastos financieros. En la nueva regla, la que llegará en dos años, sí se computarán, y esto es en lo que hoy estamos trabajando, para poder cumplir con la regla que se aplique en dos años. Nosotros ya tenemos confeccionado el esquema de financiación, incluido el endeudamiento. Hay un modelo financiero que ya está desarrollado. La prioridad hoy en día es que acordemos con la Intervención General del Estado que ese modelo de financiación no tiene riesgo ni conduce a que haya más endeudamiento dentro del Estado español. Conseguido esto, podremos concluir la fase de negociación con el Estado, y ello dará paso a la firma del convenio y al detalle de las aportaciones que se tienen que hacer”.

-¿Cuánto pondrá el Estado?

“El Estado va a aportar prácticamente el coste total de la inversión: todo. En el caso del tren del Sur, en torno a 2.200 millones de euros. Habrá un plan de aportaciones durante tres años. Firmado el convenio por parte del Estado, nosotros pasamos a la fase financiera, a la parte más práctica, que es salir al mercado y buscar la financiación a través de bonos o de recursos de crédito [fórmulas de endeudamiento], algo que está pendiente de analizarse. Prevemos concluir todo este periodo a principios del año próximo, de 2012, para ya tener el líquido. A partir de ahí, finalizada también la fase de tramitación del Plan Territorial Especial del Tren del Sur y todos los proyectos, el inicio de las obras se puede producir a lo largo de 2012, a finales de 2012. Esto para el Sur”.

-¿Y el del Norte?

“En relación con el plan del tren del Norte, hay que decir que los trabajos de los proyectos están sin concluir. Estamos con el avance del Plan Territorial Especial y con los estudios de impacto medioambiental. Creo que habrá un desfase temporal de dos años entre aquel proyecto y éste, el del Norte”.

-Bien, y luego está el proyecto AliX. ¿Cuál es el estado de esta otra iniciativa publica, de gran relevancia para el Cabildo?

“Ahora estamos a punto de finalizar el despliegue. Este proyecto es complejo, y no sólo incluye el cable. En mayo pasado se produjo el amarre del cable submarino en varios puntos, en el ITER, en Candelaria, en La Palma y en Gran Canaria, en dos lugares. Ahora hay que proceder a la conexión con los equipos, y también hay que poner en servicio los medios técnicos, que es en lo que se está, junto a la cesión al cliente de la señal, para que ellos a su vez inicien el proceso de emigración de datos hacia el NAP. Porque los clientes ahora tienen sus datos en una red y los tienen que mandar a otra, la nuestra. Los operadores que utilicen el nuevo servicio vinculado a AliX podrán dar señal a lo largo de septiembre. En este periodo también estará terminado todo lo del NAP [data center o centro de datos, ubicado en el ITER]. Estamos desarrollando el primer contrato, que es el del propio Cabildo con el ITER. Nos interesa mucho que los ayuntamientos empiecen a colocar sus equipos en el NAP, y ya hay conversaciones avanzadas con varios clientes locales. En esta misma línea, hemos firmado protocolos de intenciones con los dos clusters que agrupan en Canarias a las empresas TIC [tecnologías de la información y la comunicación]. También hay otras oportunidades”.

-Pero ¿cómo se notará todo esto en el servicio a las personas?

“El proyecto AliX supone la conexión de cables submarinos con el NAP, y de éste con los puntos de presencia de los operadores principales, de ONO, de Orange, de la propia Telefónica. Así se consigue una completa interconexión. Nosotros, en principio, no estamos desarrollando una red capilar [la que llega a los consumidores finales], porque para esto están los propios operadores, que son los que tienen una base de clientes. Los operadores, a partir de los puntos de presencia, desarrollan la infraestructura desde la red troncal hasta el consumidor final. La idea de nuestro proyecto es reducir de forma significativa los costes de las telecomunicaciones, las barreras de entrada a la red troncal, tanto la submarina (cables desplegados en el mar) como la terrestre (desde el NAP a los puntos de presencia). Por eso nos metimos en el desarrollo del cable, y por eso hemos invertido en la red troncal terrestre, que es, por ejemplo, el anillo insular de telecomunicaciones. Hecho esto, toca a los operadores aprovechar la rebaja de los costes de entrada, para que así puedan extender esa mejora a sus propios clientes. Ya estamos viendo ofertas importantes de mejora del servicio”.

-Antes la red la ponía Telefónica…

“Toda la infraestructura troncal que existía antes, básicamente, era de Telefónica. Lo que hoy hace el Cabildo es poner en manos de otros operadores nueva infraestructura, con el objeto de prestar el servicio en las mejores condiciones. Además, se persigue que las mejores condiciones se puedan trasladar al consumidor final, a través de mayor velocidad de acceso y descarga, e incluso con la existencia de mejores precios, tarifas. Todo esto ya se está consiguiendo con algunos operadores. Por ejemplo, Ono ha hecho una serie de ofertas a sus clientes, desde ya, como preparación de las nuevas condiciones técnicas que va a tener en poco tiempo. Ellos van a poder ofertar, a principios del año próximo, hasta 50 megas, algo que ya tienen en Península y aquí no”.

-¿Por qué Telefónica no muestra tanto entusiasmo, quizá sí cabreo?

“Telefónica es un socio del proyecto, y nosotros intercambiamos infraestructura, en el desarrollo de AliX, con esta compañía. La red de CanaLink [integrada en AliX] comparte e intercambia infraestructura con Telefónica. Yo no detecto por parte de Telefónica cabreo alguno, sino que, sencillamente, ha surgido un nuevo operador que, obviamente, busca su espacio en condiciones de competencia regulada, y bueno… Y esto es la competencia… Esto mismo ya sucedió en Baleares y en otros territorios en los que Telefónica tenía la condición de operador único. El crecimiento del mercado y otras circunstancias han hecho que haya competencia, que es en el marco en que mejor le ha ido a Telefónica. Donde mejor le está yendo es donde hay competencia: en Brasil, en Europa, que es donde genera un mayor nivel de rentabilidad, de cash-flow para sus propios accionistas, lo cual me parece muy bien. Telefónica es un socio indispensable para convertir a Tenerife en un punto de concentración de tráfico. Hoy la mayor parte del tránsito de datos se dirige a Lisboa para su posterior distribución por el mundo. Nosotros le hemos dicho a Telefónica que por qué seguir colaborando para que Lisboa sea ese punto en vez de conseguir que esa misma función esté en territorio español, en Tenerife, a través de concentrar y de permitir que desde Tenerife a Península haya buenos precios y buena calidad en las comunicaciones. Se puede lograr incluso la participación en proyectos para el desarrollo de la conectividad con América Latina a partir de Tenerife. Creo que Telefónica, y esto se le ha dicho al presidente del grupo [César Alierta], es un socio necesario e indispensable en nuestro proyecto”.

-Telefónica quiere al Cabildo facilitando las cosas en el medio rural…

“Respecto a por qué el Cabildo hace esto, lo previsto en AliX, y no se dedica al desarrollo de infraestructura en el medio rural, hay que decir que justo eso es lo que se ha hecho toda la vida. La mayor parte de las inversiones públicas en ese ámbito han estado dirigidas a ayudar a los operadores, singularmente Telefónica, para que desplieguen red en espacios rurales. Esto está muy bien, y hay que seguir haciéndolo. Supone el desarrollo de un principio de equidad en el acceso al servicio universal de internet, pero además hay que tener un enfoque de impulso de la competencia. Nosotros estamos en este proyecto por el NAP, para situar un punto de intercambio a través de internet en Tenerife, con unas instalaciones de primer nivel desde el punto de vista de la calidad y del servicio que se presta, y en su día nos encontramos con que el coste de las telecomunicaciones en Canarias era desorbitado, lo que no hacía competitivo el NAP. Si queríamos que fuera competitivo el NAP, las telecomunicaciones tenían que se competitivas desde el punto de vista de la calidad y de los costes. Para conseguirlo, lo que había que hacer era generar competencia, y es lo que hemos hecho en el tramo canario con Península, y en los tramos hacia el sur, para que de alguna u otra manera todos los proyectos de cable submarino terminen parando en Canarias, en Tenerife o en Gran Canaria. Y con esto lo que se ha conseguido es abrir el mercado para obtener mayor capacidad y facilitar que los operadores inviertan, pues, entre otras opciones, ellos podrán competir desde aquí en el desarrollo de actividad en África. No se trata de beneficiar sólo al ciudadano de la Isla, que también, sino que además Tenerife sea un punto de creación de economía local y de activación de un sector productivo nuevo. Y pongo un ejemplo: un operador, hace año y medio, ya ofertaba 50 megas a sus clientes en Península, y esto no lo teníamos en Canarias. Ahora ya será posible, en sólo en seis meses”.

-¿Se podrá llegar a 100 megas?

“Sí, en el mejor de los casos. Lo interesante es que el usuario canario, con estas mejoras, tenga las mismas posibilidades aquí, en Canarias, que en Península, lo que no ocurría antes. Esto no sólo afecta al medio rural, sino a toda la economía de la Isla”.

-¿Qué previsiones tienen de impacto económico y social?

“Tenemos un estudio de la Fundación Tomillo que nos da entre uno y dos puntos de contribución a la formación bruta de capital [inversión bruta]. Hay estudios respecto al empleo que dicen que un millón de euros de inversión ayuda a crear entre ocho y diez empleos estables en la economía en que se invierten. Si hablamos de una inversión global de 120 millones de euros, podemos pensar en mil empleos directos. Telefónica incluso utiliza una paridad mayor, de 25 empleos por millón de euros de inversión. Estos son los datos”.

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Impacto real

¿Se empieza a notar mayor capacidad de atracción inversora por estos planes?

“Bueno, ya hay empresas que han generado negocios en el sector de las TIC, en países como Angola o Senegal. Algunos consultores peninsulares también han visto negocio y está trabajando en Guinea Ecuatorial. Poco a poco se va generando actividad, que todavía es pronto para conocer el impacto. Estamos hablando de un sistema que aún no está en servicio, que la conexión con África está por culminar y será a través de Marruecos. Ya se ve el interés, y hay empresas peninsulares que se pueden instalar en Canarias, muy importantes, y conexiones con multinacionales. Y luego están todas las empresas locales del tipo TIC, las agrupadas en clusters y muy interesadas en el NAP. En general, hay una dinámica positiva, y ésta coincide con cierta estabilización económica y con la necesidad de ver nuevos proyectos de inversión”.

-¿Esto ayudará a la ZEC?

“Eso cada empresa lo tiene que valorar en su plan de negocio. Yo la visión que tengo de la ZEC es que está muy bien pero que no sirve de nada si no se tiene un proyecto de inversión que dé beneficios, que sea rentable y que cree empleo, y que además sea sostenible. La fiscalidad no te va a llevar a que un proyecto sea sostenible. Tú tienes que ver la oportunidad de negocio, de actuar en un nicho, de hacer las cosas bien, de ser rentable, y que luego lleguen las ventajas fiscales. Nunca la baja fiscalidad debe ser el elemento base que justifique un proyecto empresarial. Nosotros hemos pecado en exceso de vender el REF y la ZEC como un elemento suficiente para atraer inversiones, y no hemos sido capaces de vender proyectos concretos que generen capacidad para la obtención de rentabilidad empresarial. Ésta es la manera”.
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