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EL MEGÁFONO > VALLE DE SAN LORENZO (II)

El Chijafe sigue luchando para mantenerse arriba

   

Una formación del Club de Luchas Chijafe de la presente temporada. | DA

NICOLÁS DORTA | Arona

En 1979 un grupo de luchadores que trabajaban en la construcción, provenientes del norte de la isla, fundaron un equipo de lucha canaria con el apoyo de dos empresarios de la zona. Era el Chijafe, de Valle San Lorenzo.

“Yeyo fue uno de los pioneros, el que se animó a hacer el equipo”, relata Dámaso Rodríguez, vinculado al deporte vernáculo desde hace mucho tiempo y expresidente del Chijafe durante nueve años. Este equipo de lucha ha tenido dos etapas, desde 1979 a 1985 y de 1996 hasta 2011. Es actualmente el único equipo que se mantiene en Primera Categoría. El San Isidro y el Chimbesque, de San Miguel, están en Segunda.

Para el Valle San Lorenzo el Chijafe es emblemático, aunque en los últimos tiempos “las cosas han cambiado” y es necesario “fomentar más la cantera”. “Muchos padres meten a sus hijos en otros deportes y esto hace que se vaya perdiendo la afición”, apunta Dámaso Rodríguez. “La gente va con los resultados y si el equipo responde habrá más afición”, añade.

En el sur antes no había club de lucha. “Fue el primero que se formó de Fasnia hacia abajo, una zona con bastante tradición”, comenta el que fuera presidente del Chimbesque. En la primera época, hasta 1985, el terrero de lucha se ubicaba en la calle Nueva, la que esta la zona de El Pinito, en la carretera general. “Apenas era una huerta”, dice Dámaso Rodríguez. Luego hubo un parón, no tiraba para adelante, hasta que en 1996 renació el Chijafe, con Honorato Calero como puntal. Se construyó el terrero de lucha en la parte alta del Valle, justo al lado del campo de fútbol. “Al principio no se utilizaba, se hacían actividades para los niños, y luego sí le hemos sacado partido, con unas buenas instalaciones”, indica Dámaso.

Actualmente el presidente del equipo es Berto Fumero y el secretario Roberto González. El potencial del Chijafe es su puntal A, Romel Luis Catire IV y un destacado A (el segundo de a bordo, después de los puntales) que se llama Cristo León, de San Miguel. El destacado B es Nauzet Tacoronte, una joven promesa. “La lucha está bien pagada, a pesar de los momentos de crisis, creo que los que están a un primer nivel son unos privilegiados”, indica Dámaso Rodríguez.

Mantener a un equipo de estas características no es fácil, se buscan patrocinadores y la ayuda de las instituciones públicas. En el caso del Chijafe, el Ayuntamiento de Arona es el que se encarga de subvencionarlo junto a la promotora Promogade, pero son tiempos difíciles. Atrás quedaron las épocas buenas. “Nosotros llegamos a tener hasta 200.000 euros de presupuesto, para pagar a los luchadores, viajes y todo lo necesario. A veces teníamos que cerrar el terrero porque no cabía la gente, ahora son otros tiempos y hay que adaptarse a cada situación”, apunta Dámaso Rodríguez.

Para este amante de la lucha, “tienen que cambiar algunas cosas, en la dinámica de un equipo de este tipo, aunque el Chijafe tiene futuro”, dice. Algunos como el secretario, temen la permanencia en Primera por la situación económica, aunque “esperemos que se haga un esfuerzo”, dice Roberto González. En definitiva, el reto es seguir apostando por mantener el Chijafe en la categoría principal y seguir fomentando el deporte de la lucha canaria para que un barrio como el Valle continúe orgulloso de su equipo.

Dámaso Rodríguez fue presidente del Chijafe durante muchos años. | DA

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“Fui a ver una luchada y me gustó”

Dámaso Rodríguez fue a ver un día la lucha canaria y se enganchó. “Me gustó”, dice.

Luego trabajó en diversos medios de comunicación, colaborando con periodistas que han contribuido a fomentar este deporte, como José Manuel Pitti. “Uno era un aficionado y también me gustaba la radio” , explica. Dámaso.

Es de Túnez, el barrio vecino, y en los 60 se trasladó a Tíncer, para acabar de nuevo en Arona. El Chijafe tiene unos cuarenta niños entrenando, más la categoría juvenil, con trece, y los quince luchadores del senior, el equipo grande.
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