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El Obispado tiró la iglesia de Alcalá por su estado de ruina

   

Los restos de la ermita de Alcalá, tras la demolición llevada a cabo por el Obispado. | DA

VICENTE PÉREZ | GUÍA DE ISORA

El Obispado de Tenerife aseguró ayer que demolió el martes la ermita de Alcalá basándose en un informe técnico elaborado a principios de año que advertía “de que el inmueble amenazaba con colapsar y caer a la vía pública, poniendo en peligro a los viandantes, con la correspondiente responsabilidad civil a terceros”. Un informe que iba en la línea de otro que motivó el cierre de la iglesia hace 6 años.

Así lo manifestó el ecónomo de la diócesis, Víctor Oliva, quien mostró su sorpresa por el rechazo de la Asociación de Vecinos Caluca a la demolición llevada a cabo, pues, a su juicio, los fieles de la parroquia conocen desde hace años el “ambicioso” proyecto que se pretende llevar a cabo, demoler el templo -que data de 1900- y construir otro mayor que se financiaría vendiendo o alquilando locales comerciales y aparcamientos en los bajos del solar.

“El arquitecto redactor del proyecto se ha reunido muchas tardes con la comisión pro nueva parroquia y se le ha explicado lo que se pretende; siempre se habló de que la iglesia no tenía valor histórico y no podía ser encajada en el proyecto porque teníamos que aprovechar el espacio bajo rasante para lograr la financiación necesaria”, explicó Oliva.
En este sentido, el ecónomo del Obispado no ocultó que el derribo se ha llevado a cabo sin que exista de momento dinero para construir la nueva iglesia , ni acuerdo con empresarios, aunque una comisión vecinal está recaudando fondos.

En cuanto a las críticas de la Asociación de Vecinos contra el párroco por haber incumplido la promesa de aplazar unos días la demolición hasta consensuar una alternativa, Oliva aseveró que no fue el Obispado el que adquirió tal compromiso con esos vecinos, y que, en todo caso, el párroco no es el responsable de la decisión de demoler el templo, por lo que “mantenemos la confianza en él”. “Este proyecto estaba ya redactado cuando el actual párroco llegó, él no tiene nada que ver en esta decisión”, apostilló.

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Un proyecto caro

El ecónomo del Obispado no ocultó que el derribo se ha llevado a cabo sin que exista de momento financiación para construir la nueva iglesia y toda la edificación complementaria, es decir, el centro comercial y los aparcamientos, con un coste que superará los dos millones de euros. “La construcción comenzará cuando haya seguridad total sobre la financiación; aún no hemos atado la inversión con ninguna entidad, empresa o inversión a día de hoy” confirmó Oliva.

El responsable de las finanzas del Obispado calificó el proyecto de “muy ambicioso, redactado cuando no había crisis, aunque es verdad que nunca se comienza una obra y se culmina de la noche a la mañana”. Junto a la nueva iglesia, se prevé, además de aparcamientos y locales comerciales, una pequeña plaza alrededor del templo y dependencias parroquiales.

El responsable de las finanzas del Obispado insistió en que esta medida se adoptó “en cuanto hubo informes técnicos que hablaban de que hay inseguridad y riesgo de daño a las personas, una amenaza que primó sobre otra cosa”. “Además, se trata de una solución técnica para poder ejecutar el proyecto de la nueva iglesia que necesita Alcalá, que lleva redactado mas de cinco años, y siempre se dijo que era necesario demolerla”, reiteró.
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Oliva dijo desconocer el proyecto alternativo que la asociación de vecinos asegura que presentó en su día, y que pasaba por mantener el templo ampliándolo con otra nave, y para cuya financiación, según el colectivo vecinal, llegó a haber un visto bueno del Ayuntamiento.

En cuanto a las suspicacias de algunos vecinos por una presunta operación especulativa con el solar, Oliva negó tal extremo y replicó que “especular es lo último que se la ha pasado por la cabeza al Obispado; pero si hacemos un proyecto ambicioso para dotar al barrio de esta infraestructura no puede ser a costa de endeudarnos o endeudar a la parroquia”.