“La incidencia de melanoma va en claro aumento”

INMA MARTOS | SANTA CRUZ DE TENERIFE

-¿Cuáles son los principales cánceres de piel?
“Básicamente existen tres tipos. El carcinoma vasocelular y el espinocelular que vienen a suponer un 95 por ciento de los tumores de piel. Estos son poco agresivos y con poco riesgo de extenderse a otros órganos o de hacer metástasis. El vasocelular no metastatiza y el otro lo puede hacer en un tanto por ciento muy bajo. El otro cinco por ciento corresponde al melanoma maligno. Tiene un comportamiento muy distinto y puede llegar a ser muy agresivo. El melanoma supone el 80 por ciento de los fallecimientos de los pacientes dermatológicos”.

-¿En cuáles de ellos influyen los efectos nocivos del Sol?
“En todos influye el Sol, aunque hay otros factores de tipo genético, por ejemplo, pero está demostrado que el Sol influye en el desarrollo de estos tumores. Lo que ocurre es que para el paciente este es el único factor de riesgo que puede prevenir porque los demás están fuera de su alcance. Es fundamental no abusar del Sol”.

El Sol influye en todos los tipos de cáncer de piel en mayor o menor medida”

-¿En qué zonas del cuerpo puede aparecer el melanoma?
“El tronco posterior, en la espalda es donde más aparece. Los demás surgen en las zonas más expuestas al Sol: la cara o el torso de la mano, entre otras”.

-El melanoma también puede aparecer en zonas no expuestas al Sol e, incluso, hay quienes afirman que el melanoma no tiene relación con la luz solar…
“Es un tema un poco complejo. Hoy hablamos del melanoma, pero es un grupo de enfermedades y probablemente hay cinco o seis tipos de melanoma. Está claro que se comportan de forma diferente, y cada uno tiene su alteración genética de una forma determinada y efectivamente hay melanomas que salen en el tubo digestivo, en donde jamás llega un rayo de Sol, pero es el 0,01 por ciento. También aparecen en el cerebro o en las meninges, por eso se habla de otros factores. Los melanomas más agresivos tienen una serie de alteraciones genéticas diferentes. Los más frecuentes son los menos agresivos. A efectos de educación debe mantenerse que el Sol juega un papel muy importante en muchos melanomas”.

-¿En Canarias, hay un índice superior de cáncer de piel por el Sol que en el resto de España?
“No. No está demostrado. Nos comportamos como el resto del país”.

-¿Qué incidencia hay en Canarias?
“En los últimos diez años ha habido un aumento importante. Se ha triplicado el número de melanomas, de veinte a sesenta casos anuales. De ellos, aproximadamente, un veinte por ciento son con resultado de fallecimiento”.

-¿En qué consisten las lesiones del melanoma?
“La presentación es muy variable pero, básicamente, es una mancha o un tumor negro, no marrón, aunque también se da, pero el más peligroso es el negro, como el piche. Puede ser plano durante mucho tiempo, pero cuando invade suele ser más prominente. El melanoma si se deja crecer puede llegar hasta el músculo. En la práctica, nosotros los cogemos cuando están en la dermis, no suelen llegar a la grasa de abajo. El problema es que tienen mucha tendencia a producir metástasis e invadir otras células. Es una célula muy inteligente que puede saltarse muchas defensas inmunológicas del organismo, pero no se saben aun las causas”.

A pesar de la climatología de Canarias, no hay una incidencia mayor que en el resto del país”

-¿Cuándo se puede decir que se coge a tiempo de tratar con resultado positivo un melanoma?
“En la práctica, nosotros los cogemos cuando están a media altura, es decir, en la dermis. Esa es nuestra experiencia aquí, nuestra estadística. Si no ha llegado a la dermis, se cura casi con total seguridad. El problema es que veces cuando llegas a quitarlo, muchas células ya han sido invadidas a través de los vasos sanguíneos y albergan en otro sitio. Un 85 por ciento de nuestros pacientes están curados y no llegan a hacer metástasis pero la realidad es que entre un 20 o 25 por ciento de esas personas pueden fallecer a causa de esta patología de la piel”.

-¿Cómo es el tratamiento de este tipo de cáncer de piel?
“Lo primero es extraer quirúrgicamente el tumor. Después se hace un estudio de extensión y según los resultados se prescribe tratamiento coadyuvante para las defensas del organismo (Interferon). Si el tumor mide más de cuatro milímetros o si tenía un ganglio afecto en el estudio de extensión y el resto está bien, es decir, si no tiene enfermedad en ese momento, le aumentamos las defensas con este fármaco que es de lo poquito que tenemos para el tratamiento. Si tiene lesiones a distancia le damos quimioterapia, pero realmente tiene muy malos resultados. En los últimos meses han salido unos nuevos tratamientos basados en anticuerpos monoclonales que son muy prometedores. Son moléculas que no matan a las células de forma indiscriminada, como hacen otros tratamientos, y solo atacan a las malignas”.

-¿Por qué algunas radiaciones solares son tan dañinas para la piel, en concreto los llamados UVA y los UVB?
“Porque alteran el ADN [ácido desoxirribunocleico] de las células. Los fotones interactúan con el ADN y dejan una alteración característica y se supone, hipotéticamente, que cuando hay cierto número de impactos acumulados la célula, que tiene su propio mecanismo de reparación, se vuelve incapaz de recuperarse”.

-Es a lo que se llama memoria de la piel…
“Sí, hay una serie de impactos y cuando se acumula un número determinado, desconocido, la célula no se puede reparar y se empieza a dividir mal. Hay dos cosas muy importantes, sobre todo respecto a las quemaduras. El Sol puede afectar a las células de diferentes formas: el Sol crónico, que es el que reciben las personas que están en contacto con la luz solar a diario, por su trabajo como los pescadores o los agricultores que da lugar en mayor medida a carcinoma vasocelular y espinocelular; y el Sol agudo, que sería la quemadura, se asocia más a la aparición de los melanomas. Y, por supuesto, ambas formas inciden en el fotoenvejecimiento con la aparición de arrugas o manchas, entre otros”.

Las radiaciones solares alteran el ADN de las células y el daño se acumula”

-¿Cuál es el mensaje que hay que dar a la sociedad respecto al Sol?
“El Sol no es malo, es imprescindible para la vida, no se puede decir que sea malo pero hay que disfrutarlo con una importante precaución. Lo que hay que quitar de la mente es la idea extendida de que es necesario ponerse moreno. En esta sociedad en la que vivimos se interpreta que estar moreno es estar más guapo, hace cincuenta años eso era lo contrario y dentro de cincuenta, cambiará. De todas formas, el melanoma es un tumor no demasiado frecuente; nosotros vemos siete casos de melanomas por cien mil habitantes. No es una incidencia demasiado alta, pero sí es verdad que se trata de uno de los cánceres más agresivos y es importante evitarlo en la medida de nuestras posibilidades”.

-Están muy de moda en gabinetes de estética desde hace algunos años los rayos UVA artificiales. ¿Son también peligrosos?
“Los desaconsejamos totalmente, porque es igual que el sol pero concentrado incluso más dañino. Estás acumulando daño solar que solo sirve para obtener papeletas para en un futuro tener alguna lesión. También influyen en el melanoma y en el cáncer de piel”.

-El Sol tiene una relación directa con el envejecimiento de la piel ¿cómo es este proceso?
“La piel envejece como el resto del organismo. Pero el envejecimiento intrínseco de la piel es muy bondadoso. Si miramos en las partes del cuerpo de una persona que no han estado expuestas al sol, te das cuenta de que no hay casi manchas, ni arrugas. Por ejemplo en las nalgas o en el pecho. Pero si miramos el escote, está lleno de manchas y de arrugas. Tienen la misma edad y sin embargo no han envejecido de la misma forma porque no ha sufrido fotoenvejecimiento. Luego, esto demuestra que lo más importante es que hay que evitar las quemaduras; cada quemadura multiplica por dos el riesgo de desarrollar un melanoma. Si la quemadura es a los ochenta años, quizá no da tiempo a desarrollarla pero si se empiezan a tener desde niño es más probable”.

-La generación de hace veinte o treinta años, cuando aun la sociedad no estaba tan concienciada del peligro del Sol y se exponía de una forma más despreocupada, ¿podría aumentar la estadística en otros diez o veinte años?
“Sí, la incidencia va claramente en aumento. Antes cuando empezaba el verano, te quemabas, te curtías y ya ibas el resto del verano a la playa tranquilamente sin protección ninguna. Pero no lo sabíamos, hoy no tenemos esa excusa. La incidencia va en aumento porque la edad media de padecer melanoma es a los 56 años. La aparición del cáncer no es inmediata, se va sumando”.

-¿Las personas que tienen lunares tienen más posibilidades de padecer un cáncer de piel?
“La inmensa mayoría de los melanomas no aparecen en los lunares sino en zonas distintas. No tiene sentido quitarse los lunares para prevenir el melanoma. Cuando se ve una lesión pigmentada que cambia de color o de forma, que sangra o que pica y que no eras consciente de que la tenías, pues se debe consultar. Casi nunca es nada pero, no está de más consultarlo. Hay más riesgo porque las personas con muchos lunares actúan como un marcador alrededor de 1,5 veces más que las personas que no tienen lunares. De todas formas los lunares con el paso del tiempo tienden a abultarse y esto es un síntoma normal, van perdiendo color”.

-¿Cómo actúan los filtros solares?
“Los filtros solares son muy importantes pero como complemento. Hay filtros físicos que lo que crean es una barrera y es lo ideal para los niños menores de dos años y los filtros químicos que lo que hacen es absorber la radiación y destruirla. Una protección de entre 30 y 50 para pieles sanas es lo recomendado. Cuanto más cómodo es un fotoprotector para ponerse, como en gel o líquido, antes se va”.

-¿Qué es lo que se investiga exactamente en la Unidad del Melanoma de su centro?
“Hacemos investigación sobre todo en genética. Hay ciertas alteraciones genéticas que propician el desarrollo del melanoma. Hay ciertos genes que están localizados, e intentamos localizar también la población de riesgo”.