MARTA PLASENCIA | SANTA CRUZ DE TENERIFE

Si alguien pensaba que el ‘movimiento 15m’ se estaba apagando estaba equivocado, aunque es cierto que estamos en verano, ayer era un sábado soleado y que a mucha gente 200 personas les parezca un número ínfimo para una manifestación.

En un ambiente muy festivo y reivindicativo la marcha comenzó en la plaza Weyler con batucada incluida. Gente de todas las edades, desde ancianos hasta madres con sus niños (algunos no superaban el año de edad) se concentraron al ritmo de la música con las proclamas y pancartas habituales: “Si los de abajo se mueven los de arriba caen”, “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, “No somos antisistema, el sistema es antinosotros”. En la cabecera de la marcha una gran sábana rezaba “15m, marcha por la dignidad”.

Cuando los manifestantes llegaron a la delegación del Gobierno hicieron una pequeña sentada para reflejar su indignación por el itinerario impuesto. “El subdelegado del Gobierno nos ha obligado a caminar por callejones con la excusa de la catenaria del tranvía”, afirmaban, al tiempo que quedaban en hacer llegar una carta al mismo, que realizarían en la asamblea posterior a la manifestación en la plaza de La Candelaria, para mostrar su queja.

En cuanto al futuro del movimiento, “lo primero será reestructurar la postacampada”, afirmó uno de sus miembros, “aunque el mes de agosto será flojito, pero no se necesitan muchas personas para realizar alguna acción”.

Sin duda, ayer fue es una jornada más de unión de la sociedad indignada con la clase política y el estado de la democracia actual. La imagen que mejor define que el espíritu del 15m continúa más vivo que nunca se vivió en Madrid, donde se congregaron miles de personas de todas las marchas peninsulares en la plaza del Sol.