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Siete años y siete meses, 39 ministros

   

Elena Salgado en una reunión de los ministros de economía de la Unión Europea. | DA

EUROPA PRESS | MADRID

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, abandonará antes de finales de año el Palacio de la Moncloa tras haber gobernado siete años y siete meses con el apoyo de un total de 39 ministros durante todo ese periodo. Zapatero, que este viernes ha anunciado el adelanto de las próximas ecciones generales al 20 de noviembre, ha llevado a cabo cuatro cambios de gobierno en estas dos legislaturas y tan sólo la actual vicepresidenta de Asuntos Económicos, Elena Salgado, le acompaña desde 2004.

Hace poco más de 15 días que Zapatero emprendió su último cambio de gabinete -penas nueve meses después de la anterior- provocada por la marcha del vicepresidente, ministro de Interior y portavoz Alfredo Pérez Rubalcaba para dedicarse en exclusiva a su candidatura para las generales.

Para sustituir a Rubalcaba, Zapatero llevó a cabo una remodelación limitada. Nombró al secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, ministro de Interior; a José Blanco, ministro de Fomento, le añadió la cartera de ministro portavoz, y redujo las tres vicepresidencias a dos, Asuntos Económicos y Política Territorial, que siguen en manos de Elena Salgado y Manuel Chaves.

Desde que inició su segundo mandato en 2008, Zapatero ha acometido otras dos grandes crisis en sus equipos, a las que se sumó la dimisión del titular de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, en febrero de 2009. Tras todos estos cambios, Elena Salgado es la única ‘superviviente’ del primer Gobierno que Zapatero diseñó en 2004, aunque ha sido responsable de diferentes carteras.

El ahora candidato socialista se convirtió a primeros de este mes en el número 24 de los exministros de Zapatero, tras apenas nueve meses como ‘número dos’ del Gobierno. Rubalcaba llegó a ese puesto, que ya apuntaba su futuro destino como sucesor, el pasado 20 de octubre, en una remodelación sorpresa acometida por Zapatero para dar un nuevo impulso a su gabinete tras el fuerte desgaste que arrastraba desde que en mayo tuvo que anunciar fuertes recortes del gasto.

Ese octubre salieron del Gobierno tres ministros veteranos: la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos y la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa. Los tres le habían acompañado en sus puestos desde 2004, incluso aumentando sus competencias: Espinosa sumó Medio Ambiente tras la victoria electoral de 2008 y De la Vega había asumido Función Pública en la anterior remodelación, la de abril de 2009.

José Bono, el primero en salir

El primero en salir de un Gobierno de Zapatero fue José Bono, actual presidente del Congreso, que dejó la cartera de Defensa a petición propia en abril de 2006 y motivó la primera remodelación de esa legislatura: su puesto lo ocupó José Antonio Alonso, hasta entonces ministro de Interior, y esa cartera pasó a Alfredo Pérez Rubalcaba, que la ha ocupado hasta ahora. También en abril de 2006 la ministra de Educación, María Jesús Sansegundo, fue relevada por Mercedes Cabrera.

Bono, en el congreso. | DA

Después de aquella primera crisis vinieron dos cambios puntuales: José Montilla dejó el Gobierno en agosto de 2006 para ser candidato a la presidencia de la Generalitat y fue relevado por Joan Clos –que no renovó cargo en 2008– y en febrero de 2007 salió del Ejecutivo Juan Fernando López Aguilar para presentarse a las elecciones en Canarias. Su puesto lo ocupó Mariano Fernández Bermejo, que siguió en él hasta su dimisión en febrero de 2009. Fue remplazado por Francisco Caamaño, en el primer y único cambio puntual de la segunda legislatura.

La mayor crisis del primer mandato de Zapatero fue en julio de 2007: Carme Chacón fue nombrada ministra de Vivienda en sustitución de María Antonia Trujillo, Elena Salgado relevó a Jordi Sevilla en Administraciones Públicas y cedió Sanidad a Bernat Soria y Carmen Calvo dejó Cultura a César Antonio Molina.

En abril de 2008, tras su segunda victoria electoral, Zapatero mantuvo a buena parte de su Ejecutivo, pero cambió a Jesús Caldera por Celestino Corbacho en Trabajo, dio a Espinosa la competencia de Medio Ambiente que hasta entonces tuvo Cristina Narbona y salió también del Gobierno Joan Clos. Miguel Sebastián se hizo cargo de Industria, Cristina Garmendia de Ciencia, Bibiana Aído ocupó el recién creado Ministerio de Igualdad y Beatriz Corredor fue nombrada ministra de Vivienda. Su titular hasta entonces, Carme Chacón, fue nombrada ministra de Defensa y Alonso pasó a ser portavoz parlamentario socialista.

La marcha de Pedro Solbes

Zapatero volvió a cambiar su Ejecutivo en profundidad sólo un año después, en abril de 2009. Entonces salió del gabinete el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, que había estado en su puesto desde 2004, cargo que desde entonces desempeña Elena Salgado.

El Ministerio que dejó a su vez Salgado, el de Administraciones Públicas, quedó desdoblado: De la Vega asumió la competencia de la Función Pública mientras el hasta entonces presidente andaluz, Manuel Chaves, fue nombrado vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial. También entonces, el ‘número dos’ del PSOE, José Blanco, relevó a Magdalena Álvarez en Fomento, Trinidad Jiménez remplazó a Bernat Soria en Sanidad, Ángel Gabilondo a Mercedes Cabrera en Educación y Ángeles González-Sinde a César Antonio Molina en Cultura.

Tras poco más de año y medio en Sanidad, Jiménez pasó a ser ministra de Exteriores. La ministra había sido la favorita de Zapatero para ser la candidata del PSOE a la Comunidad de Madrid, pero el 3 de octubre de 2010 perdió en primarias contra el secretario general del PSM, Tomás Gómez, y en la remodelación del día 20 se convirtió en ministra.

Además, Leire Pajín ocupó el puesto que dejó vacante Jiménez en Sanidad, absorbiendo además Igualdad, lo que dejó sin cartera a Aído, igual que a Corredor, cuyas competencias de Vivienda dejaron de ser Ministerio para integrarse en Fomento. Zapatero acometió ese cambio en profundidad tras haber dicho, sólo tres días antes, que su único plan era relevar a Celestino Corbacho en Trabajo, candidato en las elecciones catalanas. Su relevo fue Valeriano Gómez.