JOSÉ L. CONDE | ADEJE

El socialista José Miguel Rodríguez Fraga vuelve a presidir la corporación adejera tras lograr la mayoría absoluta. Sigue siendo un firme defensor de nuestra principal fuente de riqueza, el turismo, aunque más competitivo y con una dimensión justa.

-¿La regeneración de los socialistas españoles pasa por la recuperación de exministros de Felipe González, como Alfredo Pérez Rubalcaba, o por la consolidación de nuevas generaciones, como Carme Chacón?

“Yo creo que una organización política tiene que conjugar la experiencia y la renovación. La clave del éxito está en el justo equilibrio. Una organización que despreciara o minusvalorara todo caudal que supone la experiencia estaría condenada al fracaso igual que si se anclara. La experiencia es un grado en política como en casi todo. Rubalcaba es el candidato y yo creo que es un buen candidato”.

-El francés Stéphane Hessel ha cosechado bastante éxito con su libro Indignaos, en el que invita a la juventud a defender con uñas y dientes los logros sociales conseguidos tras la finalización de la segunda guerra mundial. ¿Considera que está en peligro la socialdemocracia y la ciudadanía tendría que hacer algo más que indignarse?

“Yo creo que estamos en un momento en que hay que hacer reflexión. Vivimos una época mediática, de lo inmediato. Y ahora toca planificar y proyectar el futuro con perspectivas. El fondo de esta percepción pasa porque hay que defender el bienestar conseguido y ampliarlo democráticamente a la totalidad de la población. Los movimientos de los indignados claro que recogen un malestar social y claro que los partidos tienen que responder y adaptarse a las exigencias del siglo XXI. Tampoco podemos demonizar todo. Hay limitaciones y la situación es muy compleja”.

-Estamos acostumbrados a logros sociales, como la gratuidad en la educación o la sanidad. ¿Podríamos estar ya en el fin de esta etapa?

“Entiendo que hay que pensar y buscar soluciones creativas e imaginativas. Hemos caminado demasiado deprisa en la última etapa y se han producido desajustes, incluso en doble sentido. Probablemente el reparto también se ha realizado mal y este es un dato que hay que tener en cuenta. Todos tenemos culpa aunque no todos la misma, hay quien tiene mucha más responsabilidad. Todos nos hemos instalado mucho más allá de nuestras posibilidades. Hay que reconducir todo esto. El horizonte tiene que ser una sociedad igualitaria y del bienestar”.

-El Sur de Tenerife ha sido el motor de la Isla durante los últimos años. Actualmente pagamos el precio de la masificación del sector turístico y de la construcción. ¿Cuál es la alternativa para crear riqueza?

“El exceso de construcción y la masificación no es un problema exclusivo del sur. Eso lo primero. Yo también transito por el Norte y por Candelaria. A mí me molesta cuando solo se ve la masificación aquí, que es productiva. Este fue el desarrollo de un modelo que era el que era y que estaba por toda España. Del desarrollo de ese modelo hacemos crítica, claro. Y en Adeje hemos generado un turismo reconocible y reconocido.Yo defendía algunas normas, incluso en los tribunales, porque nosotros hicimos la primera moratoria. Suprimí 100.000 camas y quería más pero no se pudo hacer porque lo perdimos en los tribunales. Con todo, qué sería de la isla hoy sin los destinos turísticos del Sur, que sería de Canarias. Incluso ahora tienen una conducta razonablemente buena. Ahora hay que defender nuestra principal fuente de riqueza que es el turismo, siendo competitivos con una dimensión justa, estando atentos a la demanda y desde luego la calidad pasa por tener un destino cuidado y fundamentalmente por la profesionalidad de los servicios y el apoyo a los trabajadores. Hemos pasado épocas malas pero hay que superar eso. Aceptar el turismo como un fenómeno económico y la única posibilidad que tenemos”.

-¿Cree que los votantes del PSOE tinerfeño entienden el actual pacto de gobierno regional con los nacionalistas?

“No es un pacto de fácil digestión. Para nuestros votantes no es fácil, tienen que entender que el sistema es como es y que éste es el escenario que nos han dado. Yo creo que es bueno pactar. Incluso con las contradicciones internas que tiene e incluso desde un punto de vista histórico con las deslealtades que hemos padecido. En este momento hay que dar un paso el frente. Hay que generar estabilidad en las instituciones”.

-¿Habría que ir también a una modificación de la ley electoral?

“Sin duda, yo son un defensor absoluto. Desde luego en los municipios si que se crea una desafección en las gentes. El pacto regional es otra historia, pero luego en los municipios es la imagen del conchabeo permanente. Eso es difícil. Nadie quiere coger ese toro por los cuernos. De tal manera que tiene que gobernar el más votado y si no vamos a la segunda vuelta. Y evitamos este lío que no entiende la gente. Al final la gente percibe que hacen lo que le da la gana con su voto. Los ayuntamiento son una institución de gestión no de debate. El Parlamento cuanto más plural sea mejor el debate mejor”. Soy un convencido de la necesidad de cambiar la ley electoral pero nadie quiere cogerle los cuernos al toro. Esto no alteraría nada y elimina de mundo político muchas aventuras que no tienen sentido”.