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Los orígenes de la psicología experimental

   

ALBERTO RELANCIO MENÉNDEZ * | SANTA CRUZ DE TENERIFE

Hay bastante unanimidad en considerar que fue el alemán Wilhelm Wundt el fundador de la psicología experimental a partir de la puesta en marcha de su laboratorio en Leipzig en 1879. Wundt ya había publicado algunas obras de la nueva psicología, fundamentalmente sus Principios de Psicología Fisiológica en 1874, que fue un éxito. Entre estos años y el final de la I Guerra Mundial Wundt dirigiría alrededor de 180 tesis doctorales y por las aulas de Leipzig pasarían miles de estudiantes de múltiples países, por lo que fue Wundt quien formó a gran parte de la primera generación de psicólogos, cuyos grupos más importantes fueron los alemanes y los estadounidenses.

El estudio de la psique o la mente de los individuos y su expresión en cierto tipo de comportamientos, era una tradición que se remontaba hasta Aristóteles y su tratado sobre el alma (su De Anima, muy cercano a la psicología actual por su clave biológica), pasando por el dualismo de Descartes que separa mente y cuerpo, hasta llegar a Kant y su psicología racional como una de las tres partes de la Metafísica Especial. Kant no admitía la posibilidad de una psicología científica, pero sí algunos filósofos como J.F. Herbart (en La Psicología como ciencia, fundada en la Experiencia, la Metafísica y la Matemática de 1824) o previamente, dentro de la corriente empirista, David Hartley, que aplicaba el modelo newtoniano a la explicación de los hechos mentales. Tuvo gran importancia la influencia de la Escuela Escocesa de Filosofía (Thomas Reid, Dugald Steward y Thomas Brown) así como la corriente del Asociacionismo Británico, donde además de John Stuart Mill, favorable a un cierto grado de cientificidad de la psicología, habría que destacar a Alexander Bain, un auténtico mediador entre las ideas filosóficas y los desarrollos experimentales de la psicología de su tiempo (por ejemplo, en su Mente y Cuerpo de 1873).

Laboratorio de Psicología en Harvard. / DA

¿Qué había de novedoso frente a esta tradición filosófica en esta psicología que Wundt calificaba en principio de fisiológica y, poco después, de experimental? Lo nuevo estaba relacionado, sobre todo, con el desarrollo de la fisiología desde 1830 en forma de disciplina de laboratorio, que se dedicaba a hacer experimentos y comprobar con múltiples aparatos los resultados. Este modelo de experimentación de laboratorio fue el que adoptó la psicología experimental, complementado con la cuantificación y medición de los procesos psicológicos y, en cierto momento, con la introducción de la psicología animal (heredada de la tradición evolucionista inglesa). La fisiología, además de por su forma de funcionamiento, también tuvo importancia por sus logros científicos, en concreto, los descubrimientos relacionados con el sistema nervioso y con los órganos de los sentidos, con una influencia directa en la nueva psicología.

En cuanto al sistema nervioso se podría citar: la distinción entre nervios sensoriales y motores (Bell y Magendie), la medición de la velocidad del impulso nervioso (Helmholtz) y la naturaleza electroquímica del mismo (Du Bois-Reymond), la localización de las funciones cerebrales en áreas concretas del cerebro (áreas de Broca o de Wernicke del lenguaje, descubrimiento de las áreas motoras y sensoriales). Y respecto a los sentidos: la distinción entre sensación y percepción de Helmholtz y su teoría tricromática de la visión del color; los trabajos de E. H. Weber sobre el tacto distinguiendo en éste las sensaciones de temperatura, presión y localización espacial, frente al dolor o al sentido muscular; o la medición de los tiempos de reacción motora frente a estímulos visuales o auditivos de la llamada cronometría mental (Donders).

Sería el citado Weber el que puso en la pista a Gustav Fechner del primer intento por cuantificar los procesos psicológicos en una disciplina llamada Psicofísica. Fechner llegaba así a su fórmula S=K x log E, que relacionaba la intensidad de los estímulos -que aumentaban en progresión geométrica- con la de las sensaciones que producían en el sujeto, que aumentaban en progresión aritmética. Los Elementos de Psicofísica publicados en 1860 tuvieron una gran influencia en Wundt y constituyeron la antesala de la psicología experimental. La otra cuna de la psicología experimental fueron los EE.UU. de América, que acabarían consiguiendo que la psicología fuera una ciencia eminentemente americana. Los dos pioneros fueron Stanley Hall y William James.

El primero fue el que más contribuyó a institucionalizar la psicología en su país, creando el primer laboratorio experimental en 1883, la revista American Journal of Psychology (1887) y la American Psychological Association (1892), la asociación de psicólogos más importante del mundo a partir de 1930. Sin embargo, fue William James el primer psicólogo americano y el que puso las bases de las primeras teorías psicológicas con sabor americano, en su Principios de Psicología (1890), obra que ha tenido una influencia enorme. James era una mezcla de filósofo pragmatista, fisiólogo de formación, aficionado a lo paranormal y abanderado de la experimentación y la experiencia, y él mismo aquejado de crisis espirituales o psicológicas. En Alemania las cautelas de Wundt en su psicología individual -el estudio universal de la conciencia y sus procesos básicos: sensaciones, sentimientos y voliciones elementales- fueron rápidamente desbordadas por psicólogos como Hermann Ebbinghaus, al que se deben los primeros estudios sobre la memoria en forma experimental, por la Escuela de Würzburg, con sus experimentos sobre el pensamiento y los procesos de razonamiento y, sobre todo, por la Escuela de la Gestalt, con su idea de totalidades psicológicas de la experiencia perceptiva o de aprendizaje captadas fenomenológicamente. Mientras tanto en los Estados Unidos comenzaba una polémica sobre la introspección y la idea de conciencia como objeto de la psicología, o sea, contra Wundt y contra Edward B. Tichener, que pasaba por ser el representante cualificado de aquel en ese país, y contra la psicología denominada por él estructuralismo, que a finales del siglo XIX chocó con la nueva corriente funcionalista.

El funcionalismo americano, caracterizado como una tendencia que defendía los procesos mentales más que los contenidos, la idea de adaptación del sujeto al medio, la psicología animal, las aplicaciones prácticas de la psicología (los tests mentales aplicados a la educación, la inmigración o el ejército), que se interesaba por la conducta de los individuos más que por lo mental, acabaría desembocando, por obra y gracia de un especialista en comportamiento animal, John B. Watson, en una nueva escuela: el conductismo.

* Fundación Orotava de Historia de la Ciencia