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> por José Miguel González Hernández*

Objetivo: Crear pánico

   

Cuando las personas tienen miedo, actúan de forma instintiva. Pero dependiendo de la intensidad de dicho miedo, el instinto se vuelve irracional. Lo que está sucediendo en la actualidad tiene un cierto parecido. Llevamos un tiempo en donde los mercados nos están preguntando si estamos capacitados para devolver todo el capital que se nos ha prestado.

Esta claro que cuando preguntan quieren respuestas y en el caso de España la contestación tiene que darse con matices. Desde el punto de vista productivo, tenemos un buen sector exportador de servicios, al igual que es el de bienes intermedios tanto primarios como secundarios. Es cierto que el histórico alto porcentaje del sector de la construcción, aparejado normalmente a baja productividad al ser intensivo en trabajo, hace que nuestro país pierda enteros en el ranking de competitividad comparada. Pero ciertamente se asiste a la pérdida de confianza porque se ha demostrado que tenemos un país vulnerable y dependiente. En definitiva, somos volátiles y la variable que más lo demuestra es el desempleo y la ocupación. Si tenemos las bases tributarias que tenemos, basada sobre la regresividad fiscal, con altos índices de concentración de la renta junto a la mayor tasa de paro de toda la Unión Europea, ¿cómo quieren que haya consumo, rentabilidad, inversión, recaudación y, por lo tanto, solvencia?

Hasta que no se gobierne más para las personas y menos para los mercados, la solución sólo vendrá en forma de recorte como huída hacia adelante. Es por ello que se hacen continuas referencias a los impagos sobre la base de unas consecuencias de dimensiones incalculables que amenazan con la destrucción del mundo. Sólo de esa manera aceptaríamos sin excusas cualquier medida, por antisocial que pareciera, para que cambiara nuestro entorno con el objeto final para que todo siguiera igual.

*Director del Gabinete Técnico de CCOO Canarias