ÁNGELES RIOBO | SANTA CRUZ DE TENERIFE
Una treintena de asociaciones y colectivos de padres, madres y cuidadores de niños con discapacidad de Canarias ha presentado un manifiesto a la Consejería de Educación, suscrito por más de 10.000 firmas, en el que muestran su “desolación” ante lo que consideran una vulneración de los derechos de sus hijos a recibir una educación de calidad en el sistema público de enseñanza.
La impulsora del manifiesto ha sido la Asociación de Padres de Niños con Autismo de Tenerife (Apanate), Desirée Aguirre, portavoz de la comisión de educación de Apanate, quien califica de “deplorable” la situación actual de los centros escolares y manifiesta el temor de los padres a que en este curso escolar se “repitan o acentúen las constantes vulneraciones” del derecho a la educación de los niños con diversidad funcional, que requieren de un apoyo específico.
La portavoz asegura que el pasado curso la cobertura de las necesidades específicas de los niños discapacitados de Canarias fue deficitaria y puntualiza que la atención y el apoyo se ha venido empeorando en los últimos años hasta el punto de que se ha visto reducida a menos del 50% de lo que recoge la legislación”, lamenta. De igual forma, expone que, legalmente, en las órdenes y decretos de la Consejería de Educación, se reconoce el apoyo a las necesidades de estos niños, “pero siempre hay coletillas que lo hacen depender de los recursos disponibles”. “Esto conlleva a que los derechos quedan recogidos en el papel, pero no se llevan a cabo en las aulas”, explica la representante, quien a su vez es madre de un niño con autismo.
Desigualdades
“Esta situación la llevamos padeciendo desde hace años, pero con los recortes salvajes que estamos sufriendo últimamente nos hemos visto muy perjudicados hasta el punto que creemos que se está impidiendo el derecho a la educación de nuestros hijos”, reitera.
Desirée Aguirre declara que su hijo, con autismo de 7 años, acusa, como el resto, la situación de desigualdad educativa. Explica que el niño no pudo recibir correctamente las sesiones semanales que tiene asignadas con su profesor terapéutico (PT) porque éste tenía que sustituir las bajas de otros profesores del centro escolar, siguiendo instrucciones de la Consejería de Educación. “Mi hijo se está viendo afectado y no puede aprender”, lamenta. “A nadie se le ocurre pedir a un alumno que está en silla de ruedas que suba unas escaleras para ir su clase porque no hay dinero para hacer una rampa; sin embargo, a nuestros hijos, cuya discapacidad es menos apreciable a simple vista, se les está pidiendo situaciones similares. Esa angustia la vivimos día a día los padres y cuidadores de personas con diversidad funcional”, subraya.
El manifiesto, que fue presentado en Educación, a la atención de José Miguel Pérez, el pasado 25 de julio, está suscrito por una treintena de asociaciones y colectivos de las islas y firmado por unas 10.000 personas.
“Desde la comisión de Educación de Apanate nos dimos cuenta de que en todas las islas, colectivos de diferentes discapacidades sufrían los mismos problemas”, relata.