El pivot español Marc Gasol intenta encestar ante el alemán Dirk Nowitzki. | EFE
RICARDO MOLINELLI (EFE) | Vilna
La selección española consiguió ante Alemania, 68-77, una victoria tan importante como trabajada en un partido en el que su juego sembró dudas, por la falta de alegrÃa, ideas y resolución en el tiro y con una defensa que sólo funcionó en determinados momentos.
Los planteamientos fueron claros desde el comienzo del partido. Pau Gasol y Nowitzki eran una pareja de baile y otra Marc Gasol y Kaman. Dos auténticos choques de trenes. Nivelada la cuestión estratégica bajo los tableros, quedaba la guerra en el perÃmetro y por ahà comenzó a fallar la selección española.
Otra vez, los tiros claros no quisieron entrar y por ahà comenzó a fallar todo un poco. Menos mal que en defensa el equipo se mostró firme y eso permitió a los jugadores de Sergio Scariolo dominar casi siempre en el marcador, aunque sin apenas rentas, 15-16 al final del primer cuarto.
Pau y Nowitzki se anularon por completo. Los dos se emplearon en defensa y no pudieron superar a su par en ataque. Los uno contra uno se saldaron con un combate nulo, aunque en los primeros diez minutos el alemán consiguiera un triple y tres fallos en tiros de dos, los mismos que el mayor de los Gasol.
En la otra gran pelea, Marc saló victorioso con 7 puntos por 4 de Kaman, un rocoso pÃvot con la fuerza de un tanque y la insistencia de un martillo pilón.
Calderón no vio aro y Navarro a cuentagotas, por lo que Fernando San Emeterio y sus dos triples, en el segundo perÃodo, fueron gloria bendita para el equipo nacional. Fueron los mejores momentos en los inicios del segundo cuarto cuando se consiguió un parcial de 0-8 (18-26), pero, acto seguido, llegó una pájara y nadie consiguió mover los guarismos del equipo en los cuatro minutos siguientes.
La consecuencia fue que Alemania se adelantó en el luminoso tras conseguir un 9-0 y 27-26.
Las dos faltas de Pau Gasol aconsejaron a Scariolo esconder un poco al pÃvot y probar unos instantes con una zona 1-3-1 en defensa que no dio demasiados frutos, aunque permitió mantener una mÃnima ventaja de tres puntos, 33-36 al descanso, gracias al trabajo y acierto de Marc Gasol.
Los nueve puntos de Nowitzki no eran lo peor, sino la falta de acierto de los tiradores españoles que en cada fallo añadÃan una pesada losa a la mochila de la falta de confianza.
Con el mismo planteamiento e idénticos protagonistas, Pau quiso revertir la situación y se jugó el primer balón ante la defensa de Nowitzki, consiguiendo la canasta y tiro adicional por falta del campeón de la NBA. Y acto seguido un triple ante el jugador de Dallas.
Alemania cambió de pareja y encomendó al rudo Kaman ocuparse de Pau, mientras que Nowitzki lo hizo de un inspirado Marc. Ahà encontró España un resquicio por el que se coló hasta la cocina.