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¿Por qué no se unió la izquierda en Tenerife? > Ramón Trujillo

Después de varias semanas de negociaciones entre las principales organizaciones de la izquierda política tinerfeña (Sí se puede, Equo, Socialistas por Tenerife e Izquierda Unida Canaria -IUC-), IUC fue excluida del acuerdo final por no aceptar que los votos de tal coalición se sumaran solo a Equo, o que una Mesa del Congreso, controlada por la derecha, fuera la que decidiera cómo sumarlos.

Se ha acusado a IUC de intransigencia por exigir que los votos se sumaran a la gran coalición de las izquierdas en el Estado. Y se ha dicho que había una solución alternativa que consistía en que la Mesa del Congreso decidiera a quiénes se suman los votos después de las elecciones.

Como veremos, tal solución no existe, pero antes quiero dejar bien claro el papel flexible, dialogante y abierto a todo tipo de concesiones de Izquierda Unida Canaria, para que no se siga hablando de una “intransigencia” claramente falsa.

En el transcurso de las negociaciones se discutió sobre programas, candidaturas, siglas y sobre a qué formaciones o coaliciones estatales se sumarían los votos de la provincia tinerfeña. Pues bien, tras el acuerdo programático, IUC aceptó el independiente propuesto por Sí se puede, pese a que anteriormente se había firmado un manifiesto de apoyo a Sí se puede, también aceptamos no encabezar ni la candidatura al Congreso por esta provincia ni al Senado; que nuestras siglas no fueran en primer lugar y que no hubiera que adscribir al grupo de IU el diputado que pudiera obtenerse.

Asimismo, aceptamos que la candidatura al Congreso por Gran Canaria la encabezara Sí se puede, después de que rechazaron nuestra propuesta de independiente (y pese a que la coalición de Sí se puede obtuvo, en mayo, en Gran Canaria la mitad de votos que IU). Es más, tampoco IUC planteó absolutamente nada a cambio de ser la formación que, probablemente, más recursos económicos hubiera aportado a la campaña (gracias al apoyo generoso de otras federaciones).

Una vez resueltos casi todos los aspectos importantes de la negociación hubo que abordar la cuestión de a qué organización estatal se sumarían los votos obtenidos en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Y la ley solo nos dejaba tres opciones: sumarlos a la gran coalición de las izquierdas en que se halla IU, sumarlos a Equo o dejar que la Mesa del Congreso lo decida después de las elecciones y, por lo tanto, en este último caso, el votante no sabría qué acabaría pasando con su voto.

Izquierda Unida rechazó la posibilidad de que fuera la Mesa del Congreso la que decidiera qué hacer con los votos de la provincia tinerfeña por una razón muy simple: no es fácil explicarle al votante progresista que el Partido Popular podrá decidir libremente si suma o no suma los votos a tal o cual organización de la izquierda parlamentaria. Si hicieran falta los votos tinerfeños para formar grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, el Partido Popular podría decidir que la izquierda no va a tener grupo parlamentario. A nadie debe extrañar que a Izquierda Unida no le parezca aceptable ponerse en manos del PP.

Así que, descartada la opción de ponerse en manos de la derecha, había que decidir si los votos se sumaban a la coalición de trece partidos con que concurre a las próximas elecciones IU o a Equo, un partido nuevo que nunca se ha presentado a las elecciones y que no ha querido sumarse al esfuerzo unitario de las izquierdas en el Estado. Pues bien, Sí se puede, Equo y SxT prefirieron que los votos se sumen a Equo, o que sea la Mesa del Congreso la que decida, pero rechazaron sumarlos a la coalición en que está IU. Es decir, prefirieron pactar con el que no pacta con casi nadie y excluir al que pacta con casi todo el mundo.

De modo que IUC acabó enterándose por los medios de comunicación de que se había retirado de una negociación en la que creía seguir estando. Pero, eso sí, a continuación se le requirió públicamente para que recapacitara y se sumara al acuerdo del que había sido apeada sin demasiados formalismos.

Si la izquierda ve deseable sumar votos y organizaciones a escala provincial, es lógico que tal suma se añada a las organizaciones similares que, en el resto del Estado, hacen lo mismo. No tiene sentido restar los votos tinerfeños a los de todos los que suman para garantizar grupo parlamentario en el Congreso a quienes reclamamos justicia fiscal, mejora de las pensiones públicas o ampliación de los derechos laborales. Es más, el votante debe saber si sus votos se van a sumar a quienes apoyan la guerra de la OTAN en Libia, a quienes la rechazamos o, simplemente, no se van a sumar a nadie.

*Coordinador de Izquierda Unida en Tenerife