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EL HIERRO> CRISIS VOLCÁNICA

“La misión del Margalef da vértigo”

   

El robot Liropus 2000, que puede llegar hasta los 2.000 metros de profundidad. | EFE

EFE | Santa Cruz de Tenerife

El buque Ramón Margalef y el robot Liropus 2000 forman una “simbiosis” para participar en la evaluación del agua del mar en las costas de El Hierro como consecuencia de las erupciones volcánicas que se han producido cerca de La Restinga, en una campaña que da “vértigo”.

Así lo ha reconocido hoy a Efe el jefe de equipamiento del IEO, José Ignacio Díaz, quien ha explicado que ese vértigo lo produce el hecho de que será la primera vez que se utilice el Margalef, pero ha comentado que al volcán no se le puede decir que espere hasta que el buque esté rodado.

El IEO recibió el Margalef el pasado 23 de septiembre y, desde entonces, se han hecho pruebas con la previsión de que la adaptación al robot se iniciase la semana próxima, pero ante la aparición en el mar de La Restinga de manchas generadas por la erupción submarina se han acelerado los preparativos.

De este modo, el lunes se harán pruebas en la ría de Vigo para ver cómo está la adaptación con el robot y la previsión es que esa tarde o al día siguiente el Margalef salga en dirección a Canarias.

Está dotado con cámaras de alta definición. | EFE


José Ignacio Díaz ha indicado que el barco, con 46 metros de eslora, dispone de unas sondas con las que se hará un reconocimiento batimétrico muy detallado antes de poder echar al agua con seguridad el Liropus 2000.

La sonda del Ramón Margalef funciona como una especie de abanico que da la topografía del fondo marino en tres dimensiones y, al mismo tiempo, tiene un módulo que permite ver si hay discontinuidades dentro del agua, con lo que se sabrá si el agua está caliente o si sale gas del fondo.

Una vez hecho el mapa topográfico de la zona se determinará si hay seguridad para poner el robot, que está metido en un “garaje” y es capaz de identificar la topografía, señaló José Ignacio Díaz, quien ha comentado que, en realidad, es el Liropus 2000 el que mueve el barco.

El sistema es un todo, ha insistido el jefe de equipamiento del IEO, quien ha señalado que debe tenerse en cuenta que la mancha probablemente no sea un lugar seguro para que navegue el buque, ya que se refrigera con agua salada.

Pero como el buque científico “Profesor Ignacio Lozano”, del Instituto Canario de Ciencias Marinas, ha llegado hoy a El Hierro, cuando lo haga el Ramón Margalef ya se habrá investigado la naturaleza del agua.

El Ramón Margalef, en el que se han invertido más de 18 millones de euros y que tiene diez días de autonomía, puede albergar a once investigadores y técnicos, además de a doce tripulantes, y se desplaza con tres motores diesel de 1.040 caballos cada uno y dos motores eléctricos propulsores de 900 kilovatios.

El robot Liropus 2000 puede llegar hasta los 2.000 metros de profundidad y está dotado con un sistema de iluminación de 17.000 lumens de potencia (17 veces más que una bombilla de 100 vatios) y cámaras tanto de alta definición como de muy baja luminosidad.

Este robot, en el que se han invertido 1.450.000 euros, tiene dos equipos para medir temperatura, presión y salinidad, así como un aparato de efecto Doppler para estudiar las corrientes.

José Ignacio Díaz ha señalado que, antes de echar al agua el robot, hay que tomar precauciones pues se trata de una instrumentación muy cara y para la campaña que se hará en aguas herreñas la previsión es que el coste del buque esté en torno a los 10.000 o 12.000 euros diarios, a los que habrá que añadir en torno a los 3.000 o 3.500 cada día del Liropus 2000 y los gastos de personal.