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“Nací entre parras”

   

La orotavense Cecilia Farrais, conocida como Chila, propietaria de la Bodega Tajinaste. | MOISÉS PÉREZ

ÁNGELES RIOBO | Santa Cruz de Tenerife

Detrás de vinos tan reconocidos como el Tajinaste se encuentra Cecilia Farrais, Chila, una mujer rural y emprendedora, que nació hace 64 años en La Perdoma, en La Orotava.

Chila tiene dos hijos y tres nietos, y en la actualidad, no solo gestiona una de las empresas vitivinícolas más importantes de Canarias, sino que, también, tijeras en mano, sigue podando ella misma la uva en el campo, tal y como viera hacer a sus padres y abuelos. El pasado lunes, Chila recibió el premio Tenerife Rural del Cabildo Insular por su iniciativa empresarial innovadora y sostenible.

-¿Imaginó alguna vez que se convertiría en una empresaria del vino?

“No, nunca… Desde pequeña he estado en contacto con la agricultura. Nací entre parras. Mis hermanas y yo trabajábamos tanto en la finca como en la venta de mi madre. Empecé a embotellar el vino casi de broma, pero nos picó el gusanillo y seguimos. Así, en 1980 nació el Ratiño, que era un vino de mesa, pero cuando empecé realmente en serio fue en el 92 con la marca Tajinaste de la denominación de origen Valle de La Orotava”.

-Y ahora exportan hasta a Norteamérica…

“Sí, cada tres meses enviamos unas 3.000 botellas de vino a varios puntos de Norteamérica. Enviamos menos de lo que nos piden porque no queremos dejar sin vino a los clientes de aquí. Nuestra bodega saca unos 200.000 litros al año. También exportamos a la Península. En estos 20 años hemos ido creciendo poco a poco”.

Esta mujer continúa trabajando duro a sus 64 años. | MOISÉS PÉREZ

-Además de ser una agricultora y empresaria de éxito, eres ama de casa, esposa, madre y abuela… ¿dónde está el secreto?

“Lo más importante es trabajar mucho, hacer las cosas bien y mantener la ilusión. Yo me levanto a las 6 de la mañana y a las 7,30 ya tengo las camas hechas y si le tengo que planchar un pantalón a mi marido, pues también lo hago. El otro día estuve desde las 12 hasta las dos de la mañana limpiando una barrica de 5.000 litros. Estaba cansada, pero había que hacerlo, porque tocaba. El secreto del vino es hacer las cosas cuando toca y no cuando te apetece”.

-¿Cómo ha hecho para conciliar la vida laboral y la familiar?

“La labor en el campo me encanta y la bodega, también. Y tengo la suerte de que nos gusta tanto a mí como a mi marido, por eso hemos seguido adelante. Si a alguno de los dos no le gustara, no habría negocio. Es un trabajo realmente agotador, pero es muy bonito. Aunque sí es cierto que a nosotras nos toca esta siempre al pie del cañón”.

-Y sigue podando finca… ¿Cuándo va a parar para disfrutar?

“Yo lo llevo bien. No trabajo para ser rica sino por mantener lo que tenemos. Además, damos puestos de trabajo, yo tengo un peón fijo, pero en temporadas viene una cuadrilla de hasta 50 personas”.

-Y la jubilación…¿para cuándo?

“No pienso jubilarme. Si paro, enseguida me iré pa’l piso…” (risas).

-¿Sus hijos han heredado la tradición familiar?

“Sí, de hecho mi hijo Agustín, de 40 años, es el enólogo de la bodega. A los niños hay que quererlos mucho, pero además enseñarles a trabajar y concienciarles con los estudios. Mi hija es profesora y, también, ayuda en la bodega. A mis nietos también les estoy inculcando el campo”.

- ¿A qué dos mujeres pondrías en un pedestal?

“Jamás he podido olvidar a mi madre. Todos los días paso por la puerta del cementerio y le digo échame una mano que ya no puedo más. En ocasiones especiales he sentido que viene en forma de santita (mariposa). Admiro lo luchadora que fue y todo lo que hizo por mi y mis cinco hermanas. La otra mujer es mi suegra. Sacó adelante a sus siete hijos. Es una señora muy elegante y muy válida”.

Chila con un conjunto de chaqueta y falda verde aceituna escogido por Itahisa García; el trabajo de estilismo corrio a cargo de Guacimara García. | MOISÉS PÉREZ

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Itahisa García diseñadora y propietaria de Diseños La Marca no ha dudado en escoger este fabuloso conjunto de chaqueta y falda verde aceituna, que hace juego con los ojos de Cecilia y con sus viñedos. La chaqueta, anudada a un lado, lleva motivos florales en dorado, mientras que la falda es satinada. El vestido forma parte de su línea clásica de fiesta.

Guacimara García es maquilladora oficial de Miss España en Canarias y tampoco ha podido resistirse a la belleza de los ojos de Chila y a pesar de escoger un maquillaje natural, ha querido resaltarlos mediante el contraste con un intenso perfilado en negro, para destacarlos aún más. Por contra, a los labios les ha puesto un melocotón suave.

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