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Virus a raya

   

INMA MARTOS | Santa Cruz de Tenerife

Ilustración: SUJA 2011

Las gotitas de flügge son partículas de saliva que expulsamos al aire cuando tosemos y estornudamos. Pero, también, al hablar. Se trata del vehículo por el que optan, de forma más frecuente, los virus como el de la gripe para contagiarse entre las personas al introducirse a través de la nariz y la boca. Los bebés y los niños pequeños son más susceptibles al contagio de ciertos virus como el de la gripe, porque sus manitas siempre van a parar a la boca.

Si no se está en contacto con el virus, es imposible su desarrollo aunque el pequeño tenga un resfriado o un catarro, aunque en estos casos hay que tomar ciertas medidas para que no se convierta en una infección de los bronquios con los consiguientes problemas para respirar. Esto lo explica la directora del servicio pediátrico de urgencias Jaime Chávez, Elena Fraga quien indica que los adultos son quienes deben tomar las precauciones necesarias, en especial con los bebés, ya que una gripe se puede complicar con otras enfermedades más graves como la neumonía.

En los niños prematuros, nacidos con bajo peso o que tengan alguna enfermedad crónica, se aconseja a los padres y a las personas que van a estar con él, que se vacunen contra la gripe para proteger al pequeño. Los niños de menos de seis meses no pueden vacunarse. A partir de los seis meses, todos los niños se pueden vacunar, pero la Sociedad Española de Pediatría solo lo recomienda a niños con alguna patología crónica. En este sentido, la doctora comenta, también, que muchos padres optan por poner la vacuna del neumococo a sus hijos, que aún no está incluida dentro del calendario oficial. Esta vacuna también protege, en cierta medida, de la gripe y hace que, en caso de contagio, las complicaciones sean menores.

El personal de guardería, los maestros y los sanitarios también pueden contribuir a disminuir el número de contagios si se vacunan. De hecho, la Dirección General de Salud Pública recomienda esta vacuna de forma específica a este colectivo. De esta forma, no solo los niños estarán más protegidos, sino también estos profesionales y sus familiares. En los niños que van a la guardería, hay que evitar que acudan al centro si tienen sintomatología. El proceso gripal es benigno en la mayor parte de los casos y no necesita de antibióticos ya que se trata de un virus y no de una bacteria. Lo que hay que hacer, aparte de dar antitérmicos para que baje la fiebre, es tomar medidas caseras como no salir durante unos días y dar a los niños bastante líquido como caldos, zumos naturales y agua. Además, hay que extraerles las mucosidades para evitar que bajen a los bronquios o se desarrolle una infección en los oídos. Todo ello suele bastar para que el proceso se supere.

Los pitidos en el pecho y el dolor de oídos son causa suficiente para consultar con el pediatra, porque es probable que necesite un antibiótico. Algunas gripes también suelen cursar con diarreas o vómitos o ambos que se soluciona con dieta astringente. Limpiar a menudo la nariz del pequeño evitará vómitos.