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NELSON DÍAZ FRÍAS > MAGISTRADO-JUEZ DECANO DE LOS JUZGADOS DE ARONA

“En el testamento se aprecia lo mejor y lo peor de la naturaleza humana”

   

Nelson Díaz Frías, en Los Cristianos. / NICOLÁS DORTA

NICOLÁS DORTA | Arona

El magistrado-juez decano del Palacio de Justicia de Arona, Nelson Díaz Frías, parece distribuir bien su tiempo para atender al trabajo y escribir sobre lo que más le gusta: la historia. Lo hace sin pasarse la vida encerrado en una biblioteca, según confiesa. De pequeño, ya se decantaba por las letras. Desde 1987 refleja su interés por la historia del Sur de Tenerife en diferentes artículos. Luego dio un paso más, y desde 1995 no ha parado de publicar libros. Son diez sus trabajos, de diversos temas, que tocan la genealogía y el lenguaje, en su entusiasmo por la lingüística comparada. Frías domina el inglés, francés, italiano, catalán, portugués y sueco.

Este mes acaba de publicar otro de sus trabajos, una labor densa, de dos tomos, más de mil páginas, producto de una pasión por los documentos históricos, por la búsqueda de la identidad en un pasado que dice mucho del presente. Se trata de Testamentos Aroneros (siglos XVII y XVIII). Una visión de la vida en Arona a través de los testamentos otorgados por sus vecinos. Lo edita Ediciones Idea, en la colección Thesaurus.

Nelson Díaz presentó al público el libro el 11 de noviembre en Los Cristianos junto a la historiadora Mercedes Chinea Oliva, y el notario Roberto Cutillas Morales.
Contiene 213 testamentos que el historiador ha recopilado del Archivo Parroquial de Vilaflor y del Archivo Diocesano de Tenerife. Muchas horas al día buscando información, en silencio, un trabajo solitario “pero apasionante”, explica Frías.

Estos testamentos reflejan “lo mejor y lo peor de la naturaleza humana”, afirma. Muestran lo que piensa el individuo cuando está a un paso de la muerte. Por ello “al testador lo que más le interesa no son sus bienes sino la salvación de su alma”, asegura el investigador.

Estudio biográfico

Díaz Frías complementa cada uno de los testamentos aquí recopilados con un necesario estudio biográfico de cada testador y su familia, realizando un análisis de los datos más relevantes que contiene cada documento, para que el lector pueda tener una ajustada visión de cómo era la vida, y también la muerte, en la Chasna de los siglos XVII y XVIII, y concretamente en el actual municipio de Arona, donde vive el autor, cuya familia procede de Vilaflor de Chasna.

Documento inédito

El autor empieza a investigar en el archivo parroquial de Vilaflor cuando tenia 17 años, aunque el libro lo ha materializado en este último año. Es una recopilación documental inédita hasta ahora donde se encuentran aroneros de origen guanche, esclavos y de origen portugués. Por ejemplo, figura el testamento de Gaspar de Aponte, un portugués que llegó aquí de Madeira y creó descendencia.

También está Jorge Rodríguez Melo y su mujer. “Para que su hija se pudiera casar se vieron obligados a dar determinados bienes a su yerno, en un caso de chantaje matrimonial”, explica el juez decano.

A juicio del autor, el libro supone un aporte clave la biografía de Tenerife, porque “es la primera vez que se publica un trabajo que recoge una recopilación tan grande documental de testamentos”, dice.

Hoy el testamento es un documento jurídico frío, pero en esos siglos las cosas eran “diferentes”. “Era un documento religioso, no sólo jurídico, otorgado por una persona que cree que se encuentra al borde de la muerte con la sinceridad que ello supone”, explica el autor.

En este sentido, el testamento resulta clave para descubrir la mentalidad de la época, “porque obviamente esa persona no sabe que se va utilizar para analizar siglos después, y ello refleja los usos y las costumbres de los habitantes del Sur de Tenerife en los siglos XVII y XVIII ” , según el juez.

Explica Frías que Arona se segregó de Vilaflor en el año 1796, desde el punto de vista religioso, y en 1798 tuvo su primer gobierno. Antes de esas fechas los aroneros se enterraban en el cementerio de Vilaflor.

Por eso en estos testamentos no solo hay documentos de carácter histórico sino genealógico, económico, filológico y guanchismos, como la palabra “cairo”, que a juicio de Frías, hace referencia a una cabra mansa. También aparecen topónimos de todo tipo como Los Cristianos, Guaza, Cho, Túnez, “y otros que han desaparecido”, subraya.

Según sus investigaciones, el dote se heredaba, también la casa, como ahora, o “los esclavos”. Estos bienes servían en el mantenimiento de las familias, o “hasta para saber cómo vestían las chasneras”, matiza el juez.

Difusión

El magistrado confiesa haber disfrutado escribiendo este libro, en el que mezcla por primera vez su labor de historiador con el trabajo como jurista. “Tengo la sensación de que tendrán que pasar muchísimos años para que surja en el Sur alguien que sea capaz de invertir, por el amor al arte, tanto tiempo, en investigar sobre la historia de esta región, de forma desinteresada”.

“Lo importante es que este trabajo se dé a conocer al público, porque de nada quiero en casa toda esa documentación”, confiesa Nelson Díaz Frías.

El próximo año saldrá a la luz otro libro que aún no tiene título. Se trata de un estudio histórico y genealógico que pretende abarcar todas las familias de Guía de Isora, más de 80, hasta los inicios del siglo XX, y otro sobre los orígenes de Guía desde el siglo XVI y XVII.

También está en su cabeza escribir una novela de ficción, basada en hechos reales del Sur de la isla de Tenerife. Pero es una tarea compleja. “Es más fácil escribir historia que ficción”, admite Nelson Díaz Frías.