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‘Embarazados’ y felices

   

Cada hay más padres que experimentan la vivencia del embarazo, en íntima relación con sus parejas. | DA

INMA MARTOS | Santa Cruz de Tenerife

Ser mamá es una de las experiencias más maravillosas que existen, pero también conlleva renuncias, sacrificios y molestias que comienzan desde el primer día de la concepción. Muchas mujeres se preguntan por qué son ellas las que tienen que llevar toda la carga sobre sus espaldas, antes y durante los primeros meses a partir del nacimiento del bebé. Las mamás sufren los dolores, dejan sus carreras profesionales, se dan en las narices con una sociedad que en nada facilita lo que posiblemente sea la labor más importante que puede desarrollar un ser humano, mientras ellos, en el mejor de los casos, acompañan a la mujer al ginecólogo y poco más.

No obstante, cada vez existen más padres que experimentan la vivencia del embarazo, en íntima relación con su pareja. Como explica la psicóloga Laura Gutman, el hombre es necesario para el sostén emocional de la madre, pero no sólo el apoyo a las mamás es importante, su implicación durante los nueve meses y en la crianza, también significará una gratificación personal como ninguna otra y debe encontrar el lugar desde el que va a desarrollar su papel.

La complicidad entre los padres suele presentarse con mayor intensidad con el futuro nacimiento del primer hijo. Una parte de ellos va a nacer y lo novedoso de la situación facilita la conexión si se saben afrontar con madurez los miedos a compartir el espacio que ocupan en la vida de su pareja, a las responsabilidades implícitas a la paternidad o a la merma de la libertad que supone ser padre.

El terreno conquistado con implicación y amor durante la crianza del primer hijo, facilita la labor si hubiera segundos o más descendientes porque el hombre ha experimentado la gratificación. Mantenerse informado con ayuda de libros, revistas, webs especializadas o expertos, sobre todos los aspectos concernientes a la gestación para entender los cambios tanto físicos como emocionales de la mujer es un buen principio para ir fortaleciendo el vínculo paternal. Además, el conocimiento al respecto será decisivo para que el hombre ayude a mantener el equilibrio sentimental de la futura mamá y que ésta se sienta arropada y, a su vez, se preocupe de lo más importante en esos momentos: el bienestar de su hijo, ya desde sus primeros días en el vientre materno.

Aunque es probable que la primera experiencia real de paternidad sea cuando nazca el bebé en el paritorio, porque hasta ese momento solo ha podido percibir su presencia a través de la madre, los pasos previos despertarán el deseo y las expectativas que se verán satisfechas ese día mágico. Tras el parto, una vez en casa, la pareja de la madre debe procurar la tranquilidad y el sosiego necesarios para facilitar la lactancia o la alimentación con leche de fórmula y, en general, la adaptación de la familia a la nueva situación. Las visitas de personas con las que se tiene poca o nada de confianza y las llamadas telefónicas a cualquier hora, suelen entorpecer esta adaptación.

Los horarios de alimentación son al principio un caos, la total dedicación al bebé, a menudo no permite mantener la casa tan ordenada como de costumbre y a esto se puede sumar la debilidad física y psicológica que muchas mamás experimentan durante una temporada tras el parto.

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Aprenderlo todo

Afortunadamente, en las unidades neonatales es más común hoy en día encontrar a padres pidiendo consejos a matronas o enfermeros sobre los primeros cuidados de su bebé. Son papás que por lo general han estado presentes en el momento del parto y quieren vivir con plenitud esos momentos únicos. El cambio de pañales, el baño, la cura del ombligo tras el corte del cordón umbilical, cómo hacer los masajes a un bebé o de qué forma han de colocarlo en su lugar de descanso, entre otros menesteres… En principio y a no ser que exista algún impedimento de tipo médico, la mamá está capacitada para hacer las citadas labores y es más, generalmente prefiere hacerlas ella. En ese caso, la labor del padre consistirá en mantener a raya todo lo demás.

También hay padres que experimentan en algún momento del embarazo de su pareja, o durante los nueve meses el denominado síndrome de Covada que consiste en que el papá del bebé sufre los mismos síntomas y molestias típicas del embarazo de su pareja. Algunos expertos apuntan a esta implicación máxima con causa del desajuste hormonal aunque, también, se apunta a la angustia por la responsabilidad.

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