X
DÍA DE TODOS LOS SANTOS > DE LA TRADICIÓN A LA MODERNIDAD

El entorno perfecto

   

El cementerio permanecerá abierto todo el día. / MOISÉS PÉREZ

NATALIA TORRES | La Guancha

La elección de cuál va a ser nuestro último descanso no suele recaer en nuestras manos. Confiamos en que sea un lugar bonito, accesible para nuestros familiares y con la suficiente tranquilidad que merece el llamado descanso eterno. El cementerio de El Roque, en La Guancha, cumple con esos requisitos, un entorno rural en el que se respira sosiego, en el que su integración con el paisaje es absoluta, sin romper con estructuras imposibles y con la suficientes comodidades para que los visitantes se adentren en sus pasillos sin mayor preocupación que la de poner unas flores.

Es el último camposanto que se ha construido en Tenerife y posiblemente en Canarias, y quizá por eso su estructura no recuerda a los cementerios tradicionales. Después de diez largos años, en 2007 se finalizó su construcción, y pasó a ser el segundo cementerio del municipio. El primero, el de San Pedro, de propiedad eclesiástica, fue durante mucho tiempo un lugar para enterramientos particulares, hasta que un acuerdo con la Iglesia permitió que se usara también como cementerio municipal. Ahora, uno y otro, cubren las necesidades de una población que, como recuerda su alcaldesa, Elena Luis, “tiene una alta tasa de mortalidad porque nuestra población está muy envejecida”.

Sus 12.000 metros cuadrados y las más de 200 plazas de aparcamiento lo convierten en uno de los espacios funerarios más amplios y diáfanos de la Isla. Como explica Luis, “hemos querido que se integre en el entorno rural en el que está ubicado y lo cierto es que casi no parece un cementerio”. “Tiene muchas zonas abiertas, además de servicios como el de la capilla y la cripta”, añade. En cuanto a su estructura, en distintas alturas, lo que se buscaba era, “no romper con paredes y muros altos”.

En la fría estadística, son 252 los nichos de los que dispone, distribuidos en cuatro módulos. Además se añaden otros 140 nichos de restos que se sitúan en construcciones circulares en la parte baja del recinto. La propiedad de los nichos es mediante concesión administrativa por 99 años o bien en alquiler durante cinco.

Durante el 1 y el 2 de noviembre, el cementerio permanece abierto durante todo el día y parte de la noche. Flores, tarjetas y finos paños de hilo sobre los que se apoyaban estos ornamentos, salpicaban ayer el camposanto de San Roque.

[apunte]

El ‘pan por Dios’ y los ‘santitos’

San Juan de la Rambla ha querido este año recuperar tradiciones centenarias y que nada tiene que ver con las importadas. Desde la Concejalía de Cultura se ha decidido recuperar el pan por Dios y los santitos, costumbres de historia municipal.

El pan por Dios, en la parte alta del municipio, debe su nombre a pequeños panes que realizaban los panaderos de la zona y eran distribuidos de manera gratuita entre sus clientes. Transformada después en la costumbre de que niños y mayores tocaran las puertas de cada casa y fueran obsequiados con huevos duros, frutos secos, los propios panes o vegetales de temporada, la práctica se fue diluyendo con el paso de los años.

Los santitos por su parte y al contrario que la tradición de la parte alta, no se han perdido con el tiempo y en la actualidad cuentan con una importante afluencia. Los niños, portando cestas engalanadas, tocan cada timbre pidiendo los santitos y los vecinos, que ya tienen preparados laboriosos obsequios.

[/apunte]