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La Isla donde Drake fue derrotado

   

XXXUna exposición en la Casa Salazar da cuenta, entre otras cosas, de la gesta palmera contra Drake. / DA


DAVID SANZ
| Santa Cruz de La Palma

Hay capítulos de la historia que marcan el devenir de un pueblo. Pasajes que constituyen hitos en la evolución de una sociedad que, con el tiempo, vale la pena traerlos al presente, no sólo para satisfacer la curiosidad histórica, sino también para recrear esa conciencia comunitaria que tiende a olvidar los referentes del pasado. Eso, en cierta medida, es lo que ha hecho la Sociedad Cosmológica con las jornadas sobre conciencia de defensa. La piratería ayer y hoy, que se celebran estos días en Santa Cruz de La Palma, en colaboración con el Ministerio de Defensa.

El protagonista de las jornadas sobre piratería, que están resultando un éxito de público, está siendo el pirata Drake o, mejordicho, el pueblo palmero que consiguió repeler a finales del siglo XVI el ataque del corsario más temido de la época. En realidad, menos pirata y más hombre de estado en ese momento.

Para conmemorar el 426 aniversario de esta gesta que tuvo lugar el 13 de noviembre del año 1585, mañana al mediodía se dispararán las salvas de defensa, la banda de música La Victoria ofrecerá un concierto en el castillo de Santa Catalina y terminará la jornada con un desfile y un concierto de la Banda de Guerra del La Isla donde Drake fue derrotado Diversos actos conmemoran la gesta que impidió la llegada del temido pirata atacó esta heroica ciudad era una flota de guerra inglesa”. Un hecho que, a su juicio, da un valor añadido a la gesta, “porque hablamos de los mejores buques de la época y uno de los grandes almirantes ingleses, que pretende que se le perdone su pasado como pirata”.

Emilio Abad Ripoll, general de Brigada, describió el ataque frustrado de Drake a la isla de La Palma en un contexto donde “Canarias se convierte en un centro estratégico mundial”. “Posada y fonda, taller para los barcos y vivero; todo el mundo ansiaba tener algo de Canarias”, agregó.

Milicias

Protagonistas de esta hazaña de La Palma fueron las milicias. Unas milicias “muy rudimentarias” en las que, según Abad Ripoll, el alistamiento era obligatorio para todos los hombres de 16 a 60 años. En La Palma organiza las milicias el gobernador de Tenerife Juan López de Cepeda y nombra Jefe Militar de la Isla a Juan de Monteverde, que en el año 1556 informó que contaban con 400 arcabuceros y otros 1.600 hombres mal armados. “Cuando vino Drake, había en Santa Cruz tres compañías y nueve en el resto de la isla, con un total de 2.045 milicianos”.

Una reproducción a escala del sistema de fortificaciones defensivas con el que contaba Santa Cruz de La Palma. / DA

En cuanto a las fortificaciones, existía la torre de San Miguel, que fue construida en 1515. Pero era insuficiente para la defensa que requería el puerto y se ordenó construir el Castillo de Santa Catalina. No obstante, esta edificación se demoró y fue tras el ataque del pirata Pata de Palo, en 1553, que saqueó por completo la ciudad, cuando se deciden a construirlo. A la vez que otra fortificación en el barrio del Cabo, por donde desembarcó este legendario pirata. Por tanto, 1553 está considerado “el punto de inflexión para la defensa de Santa Cruz de La Palma”, según Abad Ripoll.

Efecto sorpresa

Lo cierto es que el ataque de Drake no cogió desprevenida a La Palma. “Canarias estaba avisada del tormentón que le venía encima”. Drake, con una flota de 29 navíos, llega primero a Gran Canaria, de donde recula porque le esperaban las milicias. “Había perdido el efecto sorpresa y decide ir a un puerto más pequeño pero que pueda proporcionar un buen botín”, comentó el militar.

Entonces pone rumbo a Santa Cruz de La Palma. Una ciudad, como recordó el investigador José Guillermo Rodríguez Escudero, que por entonces contaba con unos 3.000 habitantes y era la cuarta población de Canarias, además de disfrutar de una “boyante” situación económica, como se puede entresacar de crónicas de la época como la realizada por Gaspar Fructuoso.

El siete de noviembre se disparan todas las alarmas al divisarse las velas de los barcos y, en La Palma, se movilizan los milicianos, pero la flota no llega y deciden que vuelvan a sus casas el 12 de noviembre. Esa misma tarde, desde Los Sauces, vuelven a ver las velas que regresan.

Ataque

Según el relato de Abad Ripoll, “frente a Puntallana divide la flota, 19 barcos hacia Santa Cruz de La Palma y otros diez a Tazacorte”. Dirigidos por el buque insignia en el que iba Drake, los barcos navegan en paralelo a la costa capitalina en dirección a la playa de Bajamar. Desde el Castillo de Santa Catalina disparan varios cañones sin éxito. Sin embargo, la operación del corsario se verá frustrada cuando, cerca de la torre de San Miguel, en el puerto, “gracias a la pericia de los artilleros o a la mano del santo, los dos primeros disparos que efectuaron pegaron en el buque insignia, causando bajas y daños visibles”.

Los cañonazos de los barcos dieron, en cambio, en el risco de La Luz sin causar daños a la población. Los ingleses, desconcertados por la contundencia de la defensa, intentan despegarse de la costa pero un viento fuerte les impide estar fuera de tiro. “Dicen los libros del Cabildo que los enemigos huyeron por el mucho daño que le hicieron y así concluyó el primer ataque inglés a Canarias”, relató Emilio Abad.

El historiador Hugo O’Donnell, con el coronel José María Pardo de Santayana. / DA

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Pedro de Liaño

El cronista oficial de Santa Cruz de La Palma, Manuel Poggio, ofreció en su ponencia nuevos datos sobre el ataque de Drake que aporta un documento de Pedro de Liaño de 1587 que se conserva en el Archivo de Protocolos Notariales de Madrid.

Según explicó Poggio, Pedro de Liaño, en un momento de incertidumbre de las milicias palmeras ante el ataque de Drake, lideró la ofensiva contra el corsario inglés. Asimismo, dicho documento recoge un acontecimiento posterior al ataque pirata a Santa Cruz de La Palma. Al parecer, la flota se dirigió hacia el fondeadero de San Simón, en Mazo. Hasta la zona acudieron rápidamente las milicias lideradas por Pedro de Liaño y desde la montaña del Guano repelieron la incursión.

Por último, el Cronista indica que en este documento también se recoge que la celebración de la victoria tuvo lugar en el Convento de Santo Domingo, que estaba bajo la protección de San Miguel de las Victorias, una constante desde la conquista.

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