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ELECCIONES 20-N > CONSECUENCIAS EN COALICIÓN CANARIA

Melchior superó en más de 4.400 votos a Ana Oramas en Tenerife

   

Ana Oramas, en una imagen de archivo, emite su voto, con Ricardo Melchior detrás, en el mismo colegio electoral. / DA

CARLOS GARRIDO | Santa Cruz de Tenerife

El candidato al senado por Coalición Canaria-Nueva Canarias (CC-NC), Ricardo Melchior, sigue siendo la marca más potente de los nacionalistas en la isla de Tenerife, según se desprende del análisis de los votos emitidos el pasado domingo.

La candidatura de Ricardo Melchior fue respaldada masivamente por 81.428 electores en toda la isla de Tenerife, mientras que sólo 77.028 eligieron la papeleta blanca de la candidatura al Congreso que lideraba Ana Oramas. Es decir, hubo 4.400 tinerfeños que eligieron al nacionalista Melchior al Senado, pero no a Ana Oramas al Congreso. Es uno de los datos llamativos del análisis de los resultados electorales efectuado para DIARIO DE AVISOS por el interventor y abogado tinerfeño, Pedro Lasso, uno de los mayores analistas electorales de todo el país.

Según las conclusiones de este estudio, la diferencia de votos entre Ricardo Melchior y Ana Oramas fue de un 5,71 por ciento a favor del presidente del Cabildo de Tenerife. Pero la diferencia entre ambos aumenta hasta el 11,7 por ciento si se analizan los datos de la capital de la isla, Santa Cruz. Los chicharreros depositaron 17.814 papeletas de color sepia marcando expresamente la cruz de Melchior como opción preferente. Pero sólo 15.948 eligieron la papeleta blanca liderada por Ana Oramas. Esto significa que en la capital de la isla Ricardo Melchior marcó una diferencia del 11,70 por ciento respecto a Oramas, lo que confirma que el veterano político sigue siendo el valor más seguro de los nacionalistas en Tenerife y en la capital. Ana Oramas recibió mucho respaldo desde La Palma, La Gomera y El Hierro.

Otra prueba más de que, en CC, el verdadero defensor de Tenerife es Melchior es que la otra candidata nacionalista al Senado, Ana Isabel Dorta, cuyo nombre estaba situado justo debajo del de Melchior, obtuvo 8.292 votos menos que el candidato al Senado y también 3.892 menos que la diputada electa Ana Oramas.

El ganador ‘popular’

Pedro Lasso ha descubierto también muchísimas más sorpresas derivadas de la comparación de datos entre otros candidatos. En el PP, por ejemplo, el gran líder indiscutible en la isla de Tenerife es Pablo Matos, con 177.891 votos que lo han llevado en volandas al Congreso de los Diputados, casi 11.000 más que el doctor Alarcó, reelegido senador. En la capital, Matos también confirma su buen momento político, donde volvió a superar al candidato al Senado. Pablo Matos obtuvo en Santa Cruz de Tenerife 44.482 votos, mientras que el cirujano 40.481, una pronunciada caída del 9 por ciento.

En el PSC-PSOE, también se encuentran sorpresas. José Segura también confirma su liderazgo indiscutible en esta formación, superando en respaldo popular a Aurelio Abreu. Segura fue respaldado en la isla de Tenerife por 89.949 personas y Abreu por 6.171 menos (83.778), una diferencia del 6,86 por ciento. La diferencia aumenta en la capital. Segura obtuvo en Santa Cruz de Tenerife 22.490 votos frente a los 19.993 de Abreu; es decir, sacó ventaja a su compañero de partido en un 11,10 por ciento, con 2.497 votos de diferencia.

Más abstención

Una de las principales batallas de Pedro Lasso es denunciar el alto porcentaje de abstención de Canarias, en general, y de Santa Cruz de Tenerife, muy en particular, si bien, el pasado domingo no se llegó al récord de otras convocatorias. Como media, la abstención del pasado 20-N en España fue del 28,83, del 36,29 en Canarias, del 35,10 por ciento en la provincia de Santa Cruz de Tenerife frente al 37,41 de Las Palmas y en la capital, en Santa Cruz de Tenerife, del 38,52 por ciento (es decir, casi 10 diez puntos más que en la media estatal). El dato confirma a la capital como uno de los lugares de todo el país donde menos entusiasmo se detecta a la hora de ir a votar. Aún así, no es el peor dato registrado en Santa Cruz. El récord de abstención está en las elecciones generales de 2000, que dieron la segunda mayoría a José María Aznar, donde apenas se movilizó la mitad de la población con derecho a voto. La abstención en aquella ocasión fue de 47,76 por ciento, lo que, a su entender, “demuestra la fidelidad del voto de derecha, que sí fue el que acudió a las urnas”, ya que en 1982 que dio la primera mayoría absoluta a Felipe González, sólo el 24,72 por ciento del censo no acudió a votar.

Lasso lamentó “la carencia de estudios sociológicos sobre la abstención en Canarias y especialmente en Santa Cruz de Tenerife”.

Congreso extraño

El analista político considera que la fragmentación y pluralidad del Parlamento, con la entrada de 13 grupos obligará a “cambiar el reglamento del Congreso”, que probablemente pase por la composición de dos grupos mixtos y no uno. “Esto es la primera vez que ocurre en democracia”, matiza Lasso. Como ejemplo de los problemas que se avecinan para la conformación de la Cámara, el analista pone sobre la mesa el reparto de turnos de intervención. Si, como actualmente se contempla, el Grupo Mixto tiene el mismo tiempo que el resto de grupos y si éste lo integran siete o seis partidos distintos (pendientes de conocer si UPyD forma o no grupo), el tiempo de que dispondrá cada uno “será mínimo, apenas para decir buenos días y muchas gracias”.

Sin quitar méritos a la victoria del PP, Lasso también advierte de que “será la mayoría más contestada” por la cantidad de voces distintas en la oposición. “Tendrá mayoría absoluta, de acuerdo, pero será la más contestada de toda la historia democrática”, concluyó.

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Tergiversación y faltas al Rey

Pedro Lasso entiende que en España se está produciendo una “peligrosa tergiversación de la democracia”, donde los electores votan a un candidato que no encuentran en la papeleta. “Aquí se decidía entre Mariano Rajoy y Rubalcaba”, apunta, “hasta tal punto que, por ejemplo, el Partido Socialista no desplegó en Tenerife ni una valla, ni una sola fotografía de un candidato que no fuera Rubalcaba, pero nadie en esta Isla lo pudo votar a él; eso es tergiversar el sistema”, insiste. “Nosotros no tenemos unas elecciones presidencialistas, pero estamos actuando como si las tuviéramos”.

Lasso advierte con gravedad de que Ramón Jáuregui y Soraya Sáenz de Santamaría “estén escenificando un traspaso de poderes, al margen del procedimiento constitucionalmente previsto, que consiste en que el Rey Juan Carlos llama a consultas a todos los grupos -incluyendo Amaiur- y propone al Congreso el candidato a presidente; esto es una enorme falta de respeto”, concluye.

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