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“Nosotros les dimos la vida y nosotros se la quitamos”

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

“Nosotros les dimos la vida y nosotros se la quitamos”. Esta frase, extraída de la carta que dejaron en el escenario del crimen, confirma que la madre de los niños asesinados en Vistabella y el padre del más pequeño habrían planificado con tiempo tanto las muertes de estos inocentes como su propio suicidio, tal y como ya detalló este periódico en su edición del pasado sábado.

La misiva, que fue leída ayer en Radio Club Tenerife y que supone todo un dramático compendio de premeditación trufada de narcisismo y cobardía con el trágico resultado de la muerte de una niña de 11 años y de un niño de apenas 5, supone sin lugar a dudas una prueba de cargo de primerísimo orden que respalda las acusaciones efectuadas por el juzgado de Instrucción nº 1 de esta capital, y que ha imputado a ella dos delitos de asesinato como autora material de los horrendos crímenes, y a él otros tantos como inductor y cooperador necesario de los mismos.

Tal inducción se desprende del hecho de que la práctica totalidad de la carta (cuatro folios) está escrita por él, un varón de 54 años conocido como Ponce el curandero y que en la actualidad sigue ingresado en el Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria. Allí se recupera de las serias lesiones que sufrió al intentar ahorcarse (cayó al suelo al romperse la viga) en un patio interior de la vivienda, sita en el número 4 de la calle 1ª Armenia del referido barrio.

Por su parte, ella ya se encuentra en la cárcel por decisión del titular del juzgado referido, quien decretó para ambos prisión provisional, comunicada y sin fianza.
La carta desvela además que ambos se conocieron cuando recibían tratamiento psiquiátrico precisamente por haber intentado quitarse la vida con anterioridad y que, según lo reflejado, esa idea de quitarse la vida nunca se alejó de las mentes de ambos.

En cuanto al esquema de la misiva, arranca rememorando el encuentro de esta pareja así como lo terrible de sus planes, para a continuación enlazar varias autojustificaciones. Luego continúa folio y medio que no se da a conocer por tratar de un asunto de drogas que se investiga en la actualidad. Posteriormente aparece el breve texto de ella, en la que hace suyos los planes descritos para terminar con un folio en el que Ponce pretende un trato favorable en la prensa.

Por su parte, Marco Antonio García Delgado, el padre de la niña, ha pedido en un comunicado que se respete su dolor y el de su familia, y “que nos dejen el tiempo suficiente para velar a la menor fallecida”.

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“Hace siete años que nos conocimos en circunstancias extrañas…”

(Escrito por Ponce)

Hace siete años que nos conocimos en circunstancias extrañas, en la planta de psiquiatría de la Residencia sanitaria pues ambos habíamos pasado por malas experiencias con respecto a nuestros matrimonios y no asumíamos nuestras respectivas separaciones y decisiones: cada uno acabar con nuestras vidas pero no fue así.

Y nos ingresaron en psiquiatría y allí nos conocimos y nos dimos la oportunidad de formar nuestra familia y así fue. Y nos juramos desde ese momento estar juntos y no separarnos jamás. Y si algún día a alguno le pasara algo o falleciera el otro tomaba la decisión de acompañarle y creo que ese momento llegó.

Yo sé que he cometido algunos errores de los cuales me arrepiento pero hay otros que han querido inculparme. Yo quise olvidarlos y darme una oportunidad aislándome de todo e intentándome dar una vida nueva y dedicándome sólo a mi nueva familia y no hacerle daño a nadie. Pero por circunstancias de la vida ahora me veo envuelto en un problema ajeno sin tener que ver nada con él pero con cosas de la vida no estoy dispuesto a que me líen con asuntos de otros con el agravante de errores pasados se me complicaría un poco la vida y como realmente no creo en esta Justicia se ensañarían de una manera despiadada hacia mí y hacia mi familia, y nosotros no estamos dispuestos a que nos priven el uno del otro, de estar juntos. Quizás ustedes no lo entiendan pero nosotros lo tenemos claro, al igual que queremos que nuestros hijos se vayan juntos con nosotros y nadie pueda decirles ni señalarles ni someterles a nada pues nosotros le dimos la vida y nosotros se la quitamos. Y nos ponemos en manos de Dios, que él nos juzgue, porque en la Justicia Divina es en la que creemos, y por eso tomamos esta decisión, pero sí queremos dejar claro que nunca le hemos hecho mal a nadie. Todo lo contrario. Hemos compartido lo que teníamos y estábamos satisfechos de ello, y hemos intentado vivir felices y compartir nuestro amor con todos los que nos rodean.

También queremos dejar claro que en mi casa no se practicaba la santería como se dice. Lo único que se practicaba era el Cristianismo, oyendo al necesitado y ayudándolo con buenos consejos y que practicaran la fe y la esperanza sin ningún tipo de ritual raro, porque a veces el saber escuchar y el aliento y esperanza necesitado es la mejor santería que se pueda practicar y nunca hemos hecho nada malo por ello.

(Folio y medio omitido al tratarse de un asunto de drogas que está siendo investigado)

Otra cosa que desearíamos es que avisen a mi hijo y le entreguen esta llave de la casa y que todo lo que poseo se lo entreguen a él como recuerdo. Y también avisen a nuestros padres. Les pedimos que nos incineren a todos y que no se entristezcan, pues es una decisión voluntaria que creemos que nos las merecemos para seguir los cuatro unidos para la eternidad.

Les damos las gracias por todo y que Dios nos acoja en sus manos.

(Siguiente párrafo escrito por Sonia)

Pero a pesar de todo nadie pudo separarnos y hemos conseguido la felicidad eterna. Pobres de los que se quedan aquí para sufrir. Nosotros cuatro hemos dejado de sufrir y somos felices con nuestra decisión pese a quien le pese. Sabemos que Dios tendrá un sitio para nosotros.

(Vuelve a escribir Ponce)

Nuestra voluntad sería que nos respetaran los medios de comunicación y, en general, respeten a los familiares, amigos y allegados. Que no machaquen la noticia a todas horas, dañando los sentimientos de los familiares ya que de esta manera la prensa sensacionalista se recrea en estas noticias abriendo su propia fuente de investigación y alimentándose para bien de ellos, sin mirar a los perjudicados, que ya tienen bastante con pasar por estos momentos.

Es por lo que suplicamos a estos profesionales que se abstengan de dar la información con el máximo rigor, sin más tipos de comentarios ni molestar a familiares ni amigos, pues creemos que a los únicos que tenemos que darle cuenta de los hechos es a Dios y al señor instructor. Y esto ya queda allanado. Esperemos se respeten nuestras últimas voluntades.

Ponce y Sonia

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