JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Catedrático de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Joaquín Arango Vila-Belda preside desde mayo de 2010 el Foro para la Integración Social de los Inmigrantes, órgano asesor del Gobierno en materia de integración y convivencia de los extranjeros en España. Arango atendió al DIARIO después de pronunciar ayer la conferencia inaugural de la XI Jornada Técnica sobre la Inmigración de Obiten.

-¿Está superado ya el reto de la integración en España?

“En absoluto. Al revés. Estamos empezando, porque es un proceso que lleva mucho tiempo y se extiende más allá de la primera generación. En España, apenas hemos pasado del estadio de la acogida, y queda mucho por hacer, hasta que haya un nosotros colectivo y la sociedad española entienda que los que han venido de fuera son parte plena de la sociedad”.

-¿Cuál es el principal hándicap con el que cuentan los inmigrantes en nuestro país?

“En el plano inmediato, tenemos un gravísimo problema con la reabsorción de las altas tasas de desempleo entre la población inmigrada. Un contexto de crisis no ayuda a facilitar la inserción en el mercado de trabajo, porque se necesitarían recursos y políticas activas de empleo, que no existen ahora. Eso agrava las condiciones de precariedad de muchas familias inmigradas, y puede repercutir negativamente en las posibilidades de sus hijos. Otro gran desafío sería reducir las tasas de irregularidad y cambiar la desfavorable inserción en el mercado de trabajo de una gran mayoría de los inmigrantes, que han estado trabajando en unos puestos de baja cualificación y altas tasas de precariedad, temporalidad y vulnerabilidad”.

-Quizá por eso se están produciendo muchos retornos, ¿no cree usted?

“Sí, aunque la inmensa mayoría se queda. Los que se están marchando son los que no estaban del todo establecidos, porque la mayor parte sí que se queda, y no debemos olvidar que tienen que ser integrados en la sociedad”.

-¿Realmente están teniendo éxito los proyectos de integración?

“Uno de los activos de la sociedad española es el alto compromiso de algunos municipios, comunidades autónomas y del propio Gobierno. Hay una gran dedicación por parte de la sociedad civil, y todas esas iniciativas, o la mayoría de ellas, son muy valiosas. Pero la integración no sólo depende de esas iniciativas, sino también del mercado de trabajo, la economía, el funcionamiento de los servicios públicos, de las políticas generales de educación, sanidad, etcétera”.

-Se acaba de producir un cambio de Gobierno, y está por ver cuál será la línea que fijará el Partido Popular en este sentido…

“Así es. Está por ver, porque hasta ahora el PP no ha sido muy explícito al respecto. Esperemos que mantenga el mismo grado de compromiso con la integración que mostró el gobierno saliente, que tuvo una orientación pro-inmigrante, especialmente en el contexto europeo. Y sería un error pensar que la inmigración es temporal, que los inmigrantes se van a ir porque no hay trabajo, o que el principal esfuerzo de integración le corresponde a los inmigrantes y no a la sociedad receptora”.

-Sin embargo, algunas de las medidas que pretende imponer el PP, como el contrato de integración, pueden hacer peligrar ese esfuerzo por la integración…

“El contrato de integración, en realidad, carece de contenido, porque no existe en la ley. Sería irreal, y además envía un mensaje negativo, porque hace recaer la carga simbólica de la integración sobre los inmigrantes. Al mismo tiempo, es bastante confuso, porque ya de por sí los inmigrantes deben cumplir las leyes y adaptarse a las costumbres españolas, que por otro lado no asumen muchos españoles”.

-¿Qué papel juega el foro que usted preside?

El Foro para la Integración de los Inmigrantes es una buena institución, porque es tripartito y participativo; es un lugar de encuentro entre las asociaciones de inmigrantes, la sociedad civil y la Administración. Además, tiene algunas competencias, como emitir juicios preceptivos sobre las disposiciones legales. Es un buen ejemplo, porque hacen falta marcos de este tipo, donde la gente debata y negocie fórmulas de compromiso”.

-Aquí, en el Archipiélago, existe un órgano similar, el Foro Canario de la Inmigración, que está un poco parado en estos momentos…

“Es que para que funcione es importante que tenga competencias, porque si no las tiene es fácil que languidezca. El Consejo Estatal las tiene, porque el Gobierno lo ha apoyado; y si el Gobierno canario no le da competencias, no tendrá ninguna posibilidad de salir adelante”.