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sucesos > muerte violenta de dos niños en vistabella

La madre confiesa que los mató pero no aclara qué hizo su pareja

   

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

La madre de los dos pequeños aparecidos muertos el pasado martes en su casa en Vistabella confesó ayer que ella mató a sus hijos pero no aclaró en qué medida su pareja participó en el trágico suceso. La mujer pasó la noche en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía tras haber abandonado el ingreso en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria.

La autopsia de los dos niños -de 11, la niña y 5 años, el varón- revela claramente que fueron asfixiados. En la casa de la familia donde vivía ella con los dos menores y el padre del más pequeño que se dedicaba al curanderismo y que también está ingresado en el hospital por heridas graves tras intentar suicidarse, se halló una carta manuscrita donde ella exponía que mataba a sus hijos para salvarlos del mundo donde vivían.

Los vecinos de la familia la describían ayer como una persona con visión negativa del mundo, que aunque, por lo general, se mostraba pesimista tenía días en que mostraba una gran excitación y que solo hablaba de su actual pareja con palabras de gran admiración – “solo él hace el bien”-, como si lo idealizara. Así describieron ayer varios conocidos de S.P.B, la mujer de 40 años de edad madre de los niños que fueron hallados sin vida el pasado martes. “Ella siempre hablaba del mal”, detalla una profesional que por motivos de su trabajo trató durante años -aunque siempre de forma esporádica- a S.P.B., que sigue ingresada en la planta psiquiátrica del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria junto al otro implicado en tan terrible suceso: un varón de 54 años padre del más pequeño y que ejercía en horario de tarde como una suerte de curandero que no solo pretendía sanar los cuerpos a su entender sino también los espíritus, por lo que ganó fama igualmente como vidente.

“Es verdad que se le encendía la cara cuando hablaba de él”, explica una vecina, que reconoce que desconocía que aquel continuo y vespertino trasiego de gente que solía tener lugar en el número 4 de la calle 1ª Armenia se debía a las prácticas del conocido como Ponce el curandero.

Ayer mismo, los especialistas de la Policía Científica volvieron al lugar de los hechos para seguir recabando posibles indicios y ocuparse de las numerosas aves (un loro, un par de cotorras, otros tantos periquitos y varios pájaros) que han hallado en la casa, de cuyo interior se atisbaba algún adorno navideño, el atrapasueños de la entrada y, aún ayer, el fétido aroma de la muerte.

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Los niños fueron asfixiados durante el fin de semana

Los niños murieron asfixiados durante el fin de semana, presumiblemente en la noche del pasado sábado al domingo, según fuentes cercanas a la investigación consultadas por este periódico.

Como recordarán los lectores, cuando a primera hora de la tarde del pasado martes se descubrieron los cadáveres de los dos pequeños, ella de 11 años y él de 5, ya se habló de que llevarían muertos unas 36 horas. Sin embargo, los primeros análisis correspondientes a la autopsia retrasan aún más la muerte hasta las horas reseñadas, lo que explicaría el nivel de descomposición que presentaban.

En cuanto a si fueron drogados antes de darles muerte, habrá que esperar a que se pronuncie el Instituto de Toxicología al que se han remitido las muestras . El plazo habitual es de varias semanas.

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