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2012 > Randolph Revoredo

En 2011 hubo terremotos, tsunamis, erupciones, revoluciones. Resulta que, según dicen, el 21 de diciembre del próximo año el sol cruza la eclíptica de la galaxia que habitamos, evento que ocurre algo así como una vez cada cien mil años y además será el día que el calendario Maya -con una precisión boquiabierta- dice que termina un ciclo de algo más de cinco mil de años y dará la bienvenida a Bolon Yokte, dios asociado con la guerra y la creación. 2012 parece que coincide con el periodo más intenso del ciclo de tormentas solares. Todo esto en un panorama en el que la tectónica de la tierra a veces parece desperezarse eruptando terremotos allí y acá, y las economías de todo el mundo por su parte no salen de una para entrar en otra. Alzamiento en países con seculares tradiciones de dictaduras reclamando democracia hacen pensar a uno: a ver si se está en las puertas de algo grande. El influyente senador americano Judd Gregg dijo en el Financial Times que su país se dirige hacia una hecatombe financiera en cinco o siete años causada por la escalada en deuda pública. España sufre la recaída en la recesión en medio de un ciclo tan duro que no se ha visto desde tiempos del fin de la autarquía. Por un lado la presión internacional (tanto comunidad financiera como Unión Europea) sobre el gobierno de España para forzar la toma de medidas dolorosas de austeridad y equilibrar el déficit de forma más convincente, cosa que retumbará en el gobierno regional y la economía insular; y por otro el temor a golpear aun más el consumo y la inversión por tomar dichas medidas. Por el lado de la UE está en juego el pacto de estabilidad, que, en sí mismo, es la esencia de la fortaleza del euro; por el lado de la comunidad financiera internacional nos jugamos la capacidad de financiar buena parte del gasto público, pues es el inversor externo el que adquiere deuda y proporciona los medios para pagar buena parte del funcionamiento del aparato público. Una pérdida de confianza de éstos y habrá problemas; una quiebra del pacto de estabilidad causado por la cuentas públicas españolas y habrá problemas; más recortes en salarios y en privilegios a funcionarios y habrá problemas; recortes en gasto y habrá problemas. Todo esto repercutirá en la isla. O sea. Hace unos ocho de meses, DIARIO DE AVISOS publica: “Un iceberg mayor que Tenerife navega a la deriva en aguas del Atlántico”. En conexión subconsciente con los acordes cósmicos que rigen la expansión del universo, el periodista sin quererlo creó también una insuperable metáfora para describir el 2012.

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