JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
La integración de las personas con discapacidad es uno de los retos más importantes que afronta la sociedad actual. Las ciudades siguen siendo poco accesibles, y todavía hay quien cree que ser discapacitado conlleva, irremediablemente, un lastre imposible de asumir. Sin embargo, la realidad es bien distinta, y así lo demuestran proyectos como el de La Estancia, una vivienda “transitable” puesta en marcha en marzo de 2011 por la Coordinadora de Personas con Discapacidad Física de Canarias.
Ubicada en San Benito, en el municipio de La Laguna, en sólo diez meses por ella han pasado ya más de un centenar de personas con movilidad reducida. Se trata de una vivienda transitable que pretende servir de “banco de pruebas”, para que los discapacitados midan sus capacidades de cara a una vida autónoma. De esta manera, explican desde la coordinadora, “pueden experimentar lo que supone vivir de manera independiente, sin el apoyo de la familia y afrontando las dificultades con las que se encontrarán en el día a día, con el objetivo de aprender a sortearlas”.
“Sólo se permiten estancias cortas (un máximo de 15 días), porque consideramos que ese tiempo es suficiente para el objetivo marcado”, recalcan desde la Coordinadora de Personas con Discapacidad Física. En La Estancia hay seis plazas, (dos habitaciones dobles y dos individuales), dos baños, uno adaptado y otro transitable, cocina transitable, dos patios (uno interior y otro exterior), un salón y un pequeño despacho. “Ahora mismo estamos estudiando la posibilidad de ampliar este recurso, de modo que se pueda beneficiar el mayor número de gente posible”, denotan desde la institución, que lleva más de tres décadas trabajando en pos de la integración sociolaboral del colectivo.
“Desde el pasado mes de octubre hemos querido dinamizar La Estancia, no sólo limitándonos a las estancias de los usuarios, sino ofreciendo en la misma talleres de todo tipo”, manifiestan en la coordinadora, donde inciden en que “el objetivo de esta acción es que el colectivo se socialice y adquiera conocimientos prácticos en cuestiones como la gestión de un hogar”.
El Ayuntamiento de La Laguna financia en parte el mantenimiento de la vivienda, pero el proyecto lo sufraga la propia coordinadora, que trabaja en distintas áreas, como la rehabilitación, el empleo, la formación, el ocio, la mujer y la inserción social. Desde el inicio de las actividades, el pasado mes de octubre, se han impartido talleres de cocina, manualidades, risoterapia, cuentacuentos, decoración, abrazoterapia, cocina saludable y gestión, mantenimiento y psicomotricidad en el hogar, impartidos por cinco monitores especializados.
Desde el área de ocio de la Coordinadora de Personas con Discapacidad Física de Canarias destacan la importancia de esta iniciativa no sólo como fuente de formación, sino como una “valiosa oportunidad para la interrelación personal en un colectivo que, por sus circunstancias, tiene dificultades para interactuar socialmente y que vive en un entorno muy limitado, que en la mayor parte de los casos se reduce casi exclusivamente a la familia”.
Es el caso de Ana Escobar. Enferma de ataxia -una enfermedad degenerativa del sistema nervioso- desde hace más de 30 años, su vida ha mejorado notablemente tras su paso por La Estancia. En la vivienda se reúne con algunos amigos, para participar en las distintas actividades que se ofertan. Para ella, el proyecto le ha devuelto “las ganas de salir a la calle”. “La gente aprende a valorarse mucho más, porque compartes tu situación con otros y con un equipo humano excelente”, asegura Ana, que lleva más de cuatro años en la coordinadora.
Como Ana, muchos otros discapacitados han logrado integrarse y desenvolverse en el medio que les rodea gracias a lo aprendido en la vivienda transitable, un auténtico “laboratorio” para todos aquellos que pretenden una vida independiente y sin barreras.