ROMÁN DELGADO | Santa Cruz de Tenerife
Estuvieron todos, aunque menos que en otras ocasiones, que la crisis es sangrante, y hubo de todo: bueno, malo y ni bueno ni malo. Ya se sabe. Pero puestos a hablar de lo importante, hay que decir que lo que los políticos apuntaron como más relevante en verdad lo fue, y no siempre se puede decir lo mismo. Menos en citas como esta de Fitur, que en su edición de 2012, la que se clausura hoy y arrancó el miércoles pasado, en Madrid, el frío que pelaba fuera penetró en el recinto y no en forma de risas y fiestas, al menos para algunos. Y es que la demanda peninsular de turismo con destino a Canarias aún se puede calificar de fría, como la temperatura ambiente en Madrid en esos días, o quizá mejor de helada, con poquísimas excepciones, como el optimismo del Cabildo de Tenerife por poder cerrar el primer bimestre de este año con el cartel de lleno para los visitantes de Península y con la confianza en que las cifras de 2012, por lo que se ha palpado para este mismo mercado, serán mejores que las del ejercicio anterior, el de 2011, que fueron malas, muy malas. Parece que esto es lo que toca en la coyuntura actual.
Además, dentro de lo malo que fue el anuncio de recortes de vuelos de Air Europa con destino a Canarias, parece, tal y como aseguran desde el Cabildo de Tenerife, que esta isla escapa de la quema, sobre todo porque los directivos de la aerolínea que procede a ajustes en sus programaciones de vuelos han trasladado a las autoridades de Tenerife que este destino es el único que no se verá afectado por la reducción de conexiones aéreas con el resto de España. Buena noticia para Tenerife, sin duda.
Pero hubo más, aparte del ambiente de atonía generalizado y el exotismo de estar en la primera Fitur de más de treinta ediciones con un ministro del ramo nacido en Canarias, con José Manuel Soria, el de jefe de la cosa en el país y acompañante de lujo de los Príncipes de Asturias en la inauguración oficial de la muestra del miércoles.
Al margen de estos formalismos, Fitur dejó varias cosas más: la confirmación de que el turismo extranjero, los nuevos mercados y el excelente comportamiento de los clientes tradicionales, británicos y alemanes, nos permitirán cerrar un ejercicio de 2012 también bueno, aunque no se sabe si tanto como el de 2011, que ha sido el año con más llegadas de visitantes extranjeros de la historia, con 10,4 millones, y uno de los ejercicios con un global de turistas más alto, tanto como el famoso y exitoso 2001. Entonces los peninsulares sí que llegaban, y llenaban. Ésta la asignatura pendiente…, y lo que al final hagan Soria y Rajoy con las bonificaciones de las tasas aéreas: un clamor en Canarias y Baleares. Por cierto, un ruido legítimo que el Gobierno no quiere oír.