política >

CC se prepara para afrontar un Congreso de transformación

BEGOÑA AMEZUA | Santa Cruz de Tenerife

Coalición Canaria (CC) se prepara para afrontar su V Congreso nacional antes del próximo verano. Una cita de transformación, decisiva para su supervivencia y en la que tendrán dos retos principales que lograr: la recomposición de su discurso y la renovación de sus cuadros orgánicos.

Los nacionalistas de Coalición, al contrario que el Centro Canario Nacionalista (CCN), nunca llegarán a un acuerdo con el Partido Popular (PP) para concurrir conjuntamente a unas elecciones por temor a ir perdiendo su caudal electoral en favor de sus principales adversarios políticos.

Sin embargo, CC no ha tenido que pasar por esta experiencia para sufrir lo que han pretendido evitar. El pasado mes de noviembre en los comicios generales, Coalición sufrió, en las islas occidentales principalmente, un duro revés electoral en favor del PP y de la abstención.

Este varapalo puso en evidencia las principales debilidades de esta formación política, que no dieron lugar a ningún fraccionamiento porque la frustración mostrada por la diputada, Ana Oramas, el noche del pasado 20-N, fueron acalladas tres días después. Solamente se confirmó, y por motivos ajenos a esos resultados lo que toda la coalición ya sabía: la presidenta nacional de CC, Claudina Morales, no optará a la reelección en el V Congreso nacional, que se celebrará antes del próximo verano.

Habrá una cara nueva en la presidencia pero el principal reto de este cónclave no serán las alianzas insulares que auparán al próximo líder orgánico. Diversas fuentes de CC coincidieron en afirmar que el Congreso tiene que ser una cita en la que se haga una renovación y recomposición de su discurso.

Coalición, a pesar de su juventud, siempre ha estado gobernando en las instituciones autonómicas. Este hecho le ha llevado a cometer uno de sus principales errores, la prevalencia de la gestión pública sobre la elaboración de una política.

Sus mejores cuadros han sido dirigidos a administrar ayuntamientos, cabildos y Gobierno dejando al partido huérfano de capacidades intelectuales para definir una ideología y elaborar un proyecto de futuro.

A medida que la estructura orgánica de los ucelay, los hermoso y los mauricios se fue desmontando, CC ha ido perdiendo la capacidad para adaptarse al futuro y para diseñar su política a medio y largo plazo.

Para remontar esta situación, los nacionalistas están obligados a recomponerse, renovarse y volver a fijar una estrategia para los próximos años. Ya no vale el discurso asentado en la idea de tener la patente de la voz de Canarias en Madrid. Se impone la elaboración, asunción y defensa de un discurso diferenciado de los partidos, como el PP y el PSOE, que tienen o han estado en el Gobierno en Madrid y que cuentan con representatividad en la Comunidad Autónoma.

No es, por tanto, un cónclave de la refundación, como expuso Ana Oramas tras el último fracaso electoral, sino de debate. Si se realiza este trabajo, el plenario elegirá la nueva presidencia, que deberá ser fuerte y capaz de defender y consolidar un discurso ideológico.

Pero esa presidencia no podrá ser unipersonal, ya que la propia estructura de CC impondrá un órgano de dirección fuerte. Todo lo contrario del resultado del IV Congreso, celebrado en 2008, donde la unión de La Palma, Gran Canaria y Fuerteventura ha demostrado que ha habido una presidencia fallida, una secretaría de Organización cuya efectividad está cuestionada y una permanente inexistente. Todos mandaban pero ha faltado quien determinara las decisiones que debían seguir todas las Islas.

Algunos dirigentes apelan a la necesidad de elegir una permanente que permita que, si el próximo presidente de CC tenga que dejar el partido para dar el salto a la candidatura a la presidencia de la Comunidad Autónoma en 2015, pueda haber un relevo natural y lógico que salga de esa dirección. Las leyes políticas no escritas dicen que, cuando se pierden unas elecciones o hay un proceso electoral negativo, se deben tomar posiciones y dejar paso a la renovación. Pero hasta ahora en CC no se ha actuado de esta forma.

Resurgirán las ambiciones del muñidor de los resultados de 2008, el líder de los palmeros, Antonio Castro, aunque en esta ocasión deberá superar los recelos de Gran Canaria. Tenerife se prepara en torno a Oramas, aunque otro sector puja por el alcalde lagunero, Fernando Clavijo, mientras Lanzarote cuenta con la influencia que ejerza Rivero.

[apunte]

La refundación del nacionalismo, muy verde

La diputada de CC, Ana Oramas, habló de la necesidad de abordar la refundación del nacionalismo. Pero la refundación se podría dar si, con los partidos coaligados a los procesos electorales, se hubiese llegado a un discurso unificado y al convencimiento de que hay que crear un partido nuevo con la suma de todos.

Los socios de Coalición en los comicios de mayo de 2011 fueron el Centro Canario Nacionalista (CCN) y el Partido Nacionalista Canario (PNC). En las elecciones generales, Nueva Canarias (NC) ha concurrido con CC.

El PNC es difícil que renuncie a sus históricas siglas mientras que ni a CC ni a NC les interesa ahora ir a una refundación. El CCN acaba de salir de su IX Congreso federal anunciado que abandona la promoción de la unificación del nacionalismo para defender, en su lugar, la convergencia de los partidos nacionalistas.
Una fórmula que los analistas más serios de CC siempre han defendido frente a la unificación del espectro nacionalista.

El Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) aún no se ha definido. Tras la inhabilitación de su histórico líder Dimas Martín, el PIL todavía no ha terminado su proceso de recomposición.

Con este escenario, los partidos nacionalistas carecen de la madurez suficiente como para concurrir a un congreso para la creación de un partido unificado.
Pero este escenario no es óbice para seguir profundizando en el proceso de diálogo y acercamiento con el objetivo final de llegar, a las próximas elecciones autonómicas, en una coalición de partidos.

Para eso quedan cerca de cuatro años. Tiempo en el que todas estas formaciones políticas habrán pasado por sus correspondientes procesos congresuales.

Para llegar a una formación similar a la de Convergencia y Unió (CiU), que es la fórmula en la que se miran ahora los nacionalistas, queda más tiempo.

[/apunte]