Esto no se cobra >

Claves 2012 > Cristina García Maffiotte

Si tenemos en cuenta que la agenda de actos previstos para 2012 incluye un fin del mundo patrocinado por los mayas podemos hacernos una idea de la que se nos viene encima. Afrontamos doce meses complicados, duros y difíciles que afectarán a nuestra propia forma de entendernos y comunicarnos. Todo cobrará una nueva dimensión y un nuevo significado. Les pongo un simple ejemplo, palabras que hasta ahora tenían un sentido, pasarán a tener otro. A lo largo de los próximos meses comprobaremos que, por ejemplo, el adjetivo temporal no tendrá siempre el mismo significado que ahora. En este 2012, temporal será sinónimo de eterno, perpetuo y permanente cuando se introduzca en frases combinadas con otros grupos de palabras como subida de impuestos o bajada de sueldos. Sin embargo, mantendrá su actual significado cuando se combina con la palabra contrato. El asunto es complicado, así que hay que andar con ojo para evitar equivocaciones, no vaya usted a pensar que una subida de impuestos vaya a tener fecha inminente de caducidad o que su contrato sea de los de para toda la vida. En cualquier caso, no se preocupe, ya le cogerá el tranquillo; por las buenas o por las malas. Otros ejemplos curiosos los encontrará en palabras como viernes o marzo. Si antes hacían simplemente referencia a un día de la semana y a un mes del año, ahora son palabras que incitan al miedo y a la angustia. Antes el viernes era el día previo al sábado y punto. Quizás, con algo de suerte, usted tenía ese día jornada reducida y se iba antes a casa para disfrutar del fin de semana. En 2012 no. El viernes, día de los consejos de ministros, pasará a ser el día temido. Serán días en los que se anuncian recortes, impuestos, más recortes y más impuestos así que, definitivamente, los viernes ganarán a los lunes en en ranking de los días más odiados. Y lo mismo pasa con marzo; aunque el efecto miedo es más brutal. Desde hace semanas las previsones, planes e ideas se sitúan antes o después de marzo porque ese mes, en el que se supone que nacerá el recortazo, será el que marque nuestro destino. ¿Quiere comprarse un piso? Antes de marzo que luego igual le suben el IGIC. ¿Es empresario y está pendiente de que su ayuntamiento le abone una factura? Que sea antes de marzo porque en abril a lo mejor ese ayuntamiento ya no existe ¿Es funcionario? Prepárese a pasar frío en primavera porque después de marzo su vida será distinta.

Y eso no es todo. La palabra yerno, por ejemplo, ya nunca significará lo mismo. Ahora podrá escuchar usted frases como “¡fuerte yerno!” que equivaldrá a “¡fuerte caradura!” o “el muy yerno se hizo el loco para no pagar la factura”. Es lo que tiene el idioma, que se enriquece constantemente. Aunque también es verdad que hay expresiones y palabras actuales que en breve pasarán a ser arcaísmos como “contrato laboral indefinido”, “seguridad laboral”, “indemnización” y puede, pero todavía no es seguro, “sindicato” e “incentivos económicos”. ¿Otros conjuntos de palabras que tendrán nuevos significado? Pues soberanía popular (pregunte en Grecia e Italia, que allí le explicarán con detalle), Estado de Derecho o bienestar social. Son conceptos que aunque mantienen su inicial definición en 2012 tendrán otra dimensión…como explicarlo…significarán lo mismo pero serán más pequeñas; como si las hubieran recortado. Pero no solo cambiarán de significado las palabras; el cambio va más allá y afecta a conceptos. Por ejemplo; el presidente del Gobierno. Hasta ahora hacía referencia al político de carne y hueso, con presencia diaria en periódicos y telediarios, que tras ganar las elecciones dirige el Ejecutivo. Pues bien, en este 2012 comprobaremos que cuando se habla de presidente de Gobierno en los informativos televisados no se hace referencia a una persona física; será un ente que habla por boca de otra gente, normalmente una señora que se llama Soraya, y al que difícilmente se puede ver. Comprobará usted que pasarán semanas y semanas y usted seguirá sin ver una foto, oír una declaración o presenciar una comparecencia. No se despiste y póngase rápidamente las pilas con todos estos cambios porque a lo mejor, un viernes de marzo, todo vuelve a cambiar aunque me temo que crisis, recesión y paro seguirán significando lo mismo todo el año.