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El juez mantiene en prisión a la acusada de matar a su amiga en 2008 y cobrar los seguros tra suplantarla

EUROPA PRESS | Barcelona

La acusada de suplantar la identidad y matar presuntamente a una compañera de trabajo en 2008 no saldrá de prisión provisional pese a expirar en breve el máximo de cuatro años que permite la ley.

Así lo ha decretado el juez en el auto judicial, dando la razón a la Fiscalía y las acusaciones, después de que la procesada, Maria Ángeles M., pidiera ‘in extremis’ un cambio de abogado el día del juicio por las “diferencias irreconciliables” con su letrado, lo que forzó a aplazar el pleito hasta el 20 de febrero.

El magistrado ha valorado que, dado que el 10 de marzo la acusada cumple cuatro años de internamiento penitenciario -una fecha para la que difícilmente habrá sentencia- “no ha lugar a tener en cuenta a efectos de cómputo del plazo máximo de prisión provisional el tiempo que transcurriera” hasta reanudarse el juicio, por lo que no saldrá en libertad.

El texto añade que, en caso de que el juicio no pudiera celebrarse en febrero, se mantendría la prisión provisional para María Ángeles M.

Como ya anunció en el juicio, en el auto argumenta que la decisión de la acusada de cambiar de letrado a última hora representa “un caso paradigmático de fraude procesal” para forzar la suspensión del juicio, que se celebró el 10 de enero, y lograr su libertad ya que para entonces habría sobrepasado el límite permitido por ley.

Según el juez, se trata de fraude procesal porque la procesada tuvo tiempo a lo largo de la causa para “poner de relieve que no estaba de acuerdo con los criterios del citado profesional en orden a la línea de defensa a seguir”.

También ha lamentado la maniobra de María Ángeles M. por “las molestias y los perjuicios” que ha generado en el proceso que, según afirma, configura una imagen negativa de la Administración de Justicia.

El fiscal pide para la acusada 24 años de prisión por suplantar presuntamente la identidad de su amiga con la que trabajaba desde hacía 6 años, y asesinarla para cobrar los seguros de vida que había contratado a su nombre tras robarle el DNI, el pasaporte y tarjetas de crédito.