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El tomate resiste con experiencia

El futuro del cultivo del tomate canario no debe ser moneda de cambio para la UE. / D. M.

ESTEBAN DE ARMAS | Breña Alta

La exportación de tomates avanza, sujeta a las conocidas y a la vez novedosas dificultades con las que, en cada campaña, tropieza. Junto a los muchos problemas que han llegado en la nueva zafra está la constancia y el esfuerzo de los agricultores, que han mantenido hasta el momento igual nivel de exportación que en la zafra anterior: 37 millones de kilos hasta la primera semana del presente año.

Los mercados no muestran los atractivos que, en repetidas ocasiones, se esperan y no han faltado los desajustes debidos a la irrefrenable avalancha de fruta marroquí, que, en dos ocasiones hasta el momento, ha hecho descender los precios para situarlos en posición crítica.

Ayer los mercados daban para la fruta canaria valores que rondaron entre las 3,6 y cerca de 7 euros para la de calibre grande y entre 4,8 y 6 euros para los de los calibres M y MM, que corresponde a las partidas mayoritarias. La tendencia parece ser que apunta a que esas cifras durante la próxima semana se mantienen.

No faltan los problemas en el sector, que está sujeto a serias dificultades de tesorería. La compensación al transporte del pasado año no ha llegado e igual sucede con la ayuda por hectárea que contempla el Programa de Opciones Específicas por la Lejanía y la Insularidad (Posei).

La afección de nuevas plagas, la respuesta no siempre satisfactoria de las variedades que se han elegido, con el abanderado que aparece en algunos cultivos, viene a agravar la situación y dilata la aplicación de los programas de modernización que se han trazado, pese a los excelentes resultados que se vienen alcanzando con los invernaderos de nuevo diseño y en los que se aplican adecuadamente las mejores tecnologías.

El presidente de la Asociación de Cosecheros Exportadores de Tomates de Tenerife (Aceto), Francisco Mesa, valora el carácter del sector que representa, subrayando que sus gentes se han curtido en periodos de bonanza aderezados sobradamente con tiempos de crisis, como ocurre en la actualidad. “No hay liquidez en las empresas y ni las entidades bancarias ni la Administración son claramente receptivas a lo que estamos viviendo. El tomate fue, muchos años, el único producto de exportación, el que captó divisas y dio trabajo. Hoy lo sigue haciendo, pues gracias a él se establecen vínculos de transporte. Compartimos su importancia, pero no podemos quedarnos en eso”.