OPINIÓN > José Miguel González Hernández

Feliz 2013 > José Miguel González Hernández

No, no es ninguna errata. Se trata de aplicar ciertas dosis de realismo al ejercicio económico y social que nos sobreviene. Sobre la premisa del ahorro se ejecuta el recorte. Por solidaridad se entiende cargar la recuperación sobre los salarios de la clase baja y media. Se sigue insistiendo sobre el concepto equivocado de ajustar el valor de una economía a través de las personas que nos encontramos al otro lado del mostrador. Este hecho ha quedado demostrado con las cifras de paro registrado con la que se cierra 2011: con mayor crecimiento económico se ha generado mucho más desempleo que en 2010. El procedimiento es el siguiente: menos renta, menos consumo, menos ganancias, menos inversión, menos empleo,… y volvemos a empezar. Pero hay que aclarar que no estamos en un sistema económico basado única y exclusivamente en la exportación de bienes, en donde la competitividad depende de los costes internos. Nuestra economía es aquella donde la clase trabajadora se identifica con la consumidora. Y, claro está, termina por afectar a las empresas. Si empobreces a unos, lo trasladarás a los otros. ¿O qué se creían? Teniendo menos renta disponible, ¿cómo vas a ejecutar más acciones de consumo? ¿Cómo vas a poder asegurar tu solvencia? ¿Cómo pagar las deudas?

Sabrán que debo estar de acuerdo con que determinados tipos de impuestos que afecten al nivel de renta deben ser incrementados con el fin de incorporar progresividad fiscal al sistema tributario español. El IRPF era uno de ellos. El haberlo incrementado entre un 0,75% hasta un 7% de acuerdo al nivel de renta parece coherente. Ahora bien, el problema radica en el lugar en el que instalas la renta más baja y la renta más alta desde la perspectiva del número de contribuyentes existentes. Si dicha evolución de la presión fiscal se hubiera colocado en aquellas rentas anuales superiores a los 80.000 euros deberíamos haber asumido la norma con satisfacción. Pero (siempre hay un pero) la evolución de la nueva tarifa tributaria recaerá en su mayor parte sobre las clases medias y bajas con ingresos por debajo de los 33.000 euros anuales, que representan el 85% de los sujetos pasivos debido a que toca a todos los niveles de renta. Pero si usted es pensionista, está de enhorabuena. Su renta será incrementada en un 1%. Claro está, que si se encuentra en un tramo del IRPF donde se incorpora un incremento de su presión fiscal junto a la evolución de la inflación, su poder adquisitivo menguará.

Por otro lado, los que obtienen más de 300.000 euros/año representan apenas un 0,2% de la totalidad de los contribuyentes que tributan por el IRPF. Y recalco los que tributan por este impuesto, porque normalmente los altos patrimonios tributan por otras vías (más ventajosas, claro está). Por ejemplo, las SICAV (Sociedad de Inversión de Capital Variable), las cuales son un instrumento financiero que permite invertir dinero y diferir el pago anual de impuestos a través de la creación de una sociedad anónima cuyo objeto social es invertir en activos financieros. Mediante este instrumento, los accionistas tributan por las plusvalías una vez materialicen estas, repartiendo dividendos o vendiendo las acciones con plusvalías al tipo establecido para las rentas de capital en España. Gozan de las mismas ventajas fiscales que los fondos de inversión con una tributación del 1%, aunque aquellas rentas que hayan sido obtenidas por socios o partícipes por este tipo de operaciones serán considerados rendimientos del capital mobiliario. Así y todo, corra. A qué espera. Consiga, al menos, 99 amigos y reúna 2,4 millones de euros y ahórrese el pago de muchos impuestos. Ya está tardando.

José Miguel González Hernández es Director del Gabinete Técnico de CC.OO. en Canarias