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La Iglesia Ortodoxa Rusa se suma a la oposición de Vladímir Putin y demanda cambios

EFE | Moscú

La oposición rusa no deja de ganar adeptos a su causa: la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR), tradicional aliado de Vladímir Putin desde su llegada al poder en 1999, ha decidido sumarse a las demandas de cambio.

“Las autoridades deben corregir el rumbo dialogando y escuchando a la sociedad, entonces todo irá bien”, aseguró Kiril, Patriarca de la IOR, con ocasión de las celebraciones de la Navidad ortodoxa.

Kiril, que asumió el cargo en 2009 tras la muerte de su antecesor Alexis II, advirtió del peligro de que el Gobierno desoiga las exigencias de los participantes en las mayores protestas desde la caída de la Unión Soviética.

“Si las autoridades permanecen insensibles a la expresión de las protestas, eso será muy mala señal. Será una demostración de la incapacidad de las autoridades de adaptarse”, dijo.

El líder de la IOR, a la que Putin ha devuelto muchas de las propiedades confiscadas por las autoridades soviéticas, hizo estas declaraciones al primer canal de la televisión rusa, el más visto del país.

Durante los últimos años, la Iglesia se ha convertido en uno de los pilares del sistema ideado por Putin, en el que los popes juegan un papel cada vez más influyente, lo que le ha valido la animadversión de liberales y comunistas, defensores de una sociedad secular.
Por si fuera poco, Kiril también defendió el derecho básico de los ciudadanos en un sociedad libre de expresar su descontento con el Gobierno en el poder.

“Si a la gente se le priva de tales derechos, entonces esto se tomará como una limitación de su libertad, lo que es muy doloroso”, dijo.

Kiril llamó al Kremlin a no cometer el mismo error de las autoridades zaristas, cuya represión violenta de las protestas opositoras desembocó en la revolución bolchevique, una guerra civil y en el asesinato de la familia imperial.

“Entonces, fuimos incapaces de mantener el equilibrio y la sabiduría. Destruimos nuestro país. ¿Por qué ocurrió? Porque las protestas, en muchos casos justas, fueron explotadas muy habilidosamente por fuerzas políticas ansiosas de poder”, señaló.

Con todo, el Patriarca aseguró que “la palabra de la Iglesia no puede ser politizada”, ya que “en la congregación hay personas que estuvieron en las protestas y otros que hablan contra ellas”.

La oposición exige la anulación de los resultados de las legislativas del 4 de diciembre por el fraude oficialista, la celebración de nuevos comicios este año, el registro de todos los partidos, la liberación de los presos políticos y la destitución del presidente de la Comisión Electoral Central.

Putin ya ha respondido que la revisión de los resultados electorales está fuera de lugar y que la única vía que le queda a la oposición son los tribunales, aunque se ha mostrado dispuesto al diálogo.

Otro aliado de Putin desde los años 90, Alexéi Kudrin, todopoderoso ministro de Finanzas durante más de una década hasta su reciente destitución, también ha pedido al Gobierno más concesiones a la oposición que las tímidas reformas políticas anunciadas.

Kudrin, que intervino en la última protesta opositora, llama al Gobierno en su blog a abrir un diálogo con la oposición para convocar nuevos comicios parlamentarios con una más justa legislación electoral.

“Si el reconocimiento del carácter injusto de las elecciones parlamentarias, la justicia de las presidenciales estará en duda, independientemente de lo limpias que sean”, señaló.

Además, propuso la destitución del presidente de la Comisión Electoral Central, Vladímir Chúrov, señalado por la oposición como el arquitecto del fraude en las elecciones a la Duma o cámara de diputados en favor del partido de Putin.

“La desconfianza en Chúrov alimenta la desconfianza en las elecciones del 4 de marzo. Dejará en mal lugar al Gobierno si no dimite voluntariamente”, dijo.

Pero advirtió a la oposición que el intento de arrebatar el poder a Putin por medio del boicot de las elecciones “sería muy arriesgado”, por lo que llamó a la oposición a centrar sus esfuerzos en reformar primero el sistema parlamentario.

Otros sectores de la sociedad rusa, que hasta ahora se habían mantenido al margen de la política, como escritores, músicos, actores y periodistas, han tomado partido en muchos casos en favor de la oposición.

Es el caso del popular escritor Borís Akunin, uno de los líderes más populares entre los manifestantes; el veterano rockero Yuri Shevchuk; el periodista Dmitri Bykov, y el presentador Leonid Parfenov.

La oposición rusa ha prometido una nueva ola de protestas para este año, aprovechando que Putin ya únicamente cuenta con apoyo mayoritario entre las mujeres, la tercera edad, los sectores más desfavorecidos y el campo.