religión >

La profesora de religión despedida tras casarse con un divorciado ha ganado el juicio

EFE | Almería

Resurrección Galera, la profesora de religión que no fue renovada en 2001 en un colegio público por decisión del Obispado de Almería tras casarse con un divorciado, ha ganado una larga batalla judicial con una sentencia firme que le permitirá reincorporarse a su puesto y cobrar el salario atrasado.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha desestimado el recurso del Obispado y ha confirmado la sentencia dictada el pasado mes de mayo por el Juzgado de lo Social número 3 de Almería tras el pronunciamiento del Tribunal Constitucional (TC) en el caso, tal y como adelantaba este viernes “El País”.

La sentencia del TSJA, a la que ha tenido acceso Efe, pone fin a un largo litigio en el que Galera tuvo que presentar recurso de amparo ante el TC, después de que el juzgado de Almería y el Alto Tribunal andaluz desestimaran, en 2001 y 2002, respectivamente, sus demandas contra el Obispado.

El Constitucional reconoció en abril el derecho de la profesora a no sufrir discriminación por sus circunstancias personales, así como a la libertad ideológica y a la intimidad personal y familiar, y anuló las sentencias anteriores, lo que ha permitido que finalmente la Justicia le diera la razón.

La nueva sentencia del juzgado, ahora confirmada por el TSJA, condenó al Ministerio de Educación, como empleador del colegio público, a readmitir a la profesora, cuyo contrato no fue renovado en 2001 por decisión del Obispado de Almería tras tener conocimiento de que la mujer se había casado por lo civil con un divorciado, y a pagarle diez años de salario.

De acuerdo al pronunciamiento del TC, la sentencia establecía que la no renovación de la profesora “única y exclusivamente” por haberse casado por lo civil con un divorciado, “un motivo totalmente ajeno a la actividad docente desempeñada”, supone no sólo una “vulneración de su derecho fundamental a la libertad ideológica”, sino también un “trato discriminatorio por razón de matrimonio que viola el derecho fundamental a la igualdad”.

En su confirmación del fallo, el TSJA admite que “el tema no deja de ser curioso”, puesto que el Ministerio “contrata a aquella persona que le propone como idónea el Obispado, teniendo éste dicha facultad otorgada por el Acuerdo entre el Estado Español y la Iglesia Católica”.

Y añade que la problemática es “surrealista” si se observa que el Ministerio se ve “condenado por una conducta que, conforme a Tratado, venía compelido a realizar”, en relación a la decisión del Obispado de no renovar a la profesora de religión.

Galera quiere volver 2inmediatamente” a la docencia

En declaraciones a Efe, Resurrección Galera ha reclamado la ejecución “inmediata” de la sentencia para reincorporarse los antes posible a la enseñanza, que es “su vida”.

La profesora, que ha afirmado que el dinero no podrá compensar tantos años de batalla judicial, ha admitido que es “complicado” calcular la cantidad exacta que deberá percibir por los salarios que dejó de cobrar desde que no fue renovada.

No obstante, esta cantidad podría estar en torno a 200.000 euros si se tiene en cuenta que en el último año de enseñanza cobró 17.000 euros, un importe al que habría que sumarle las correspondientes subidas salariales.

El Obispado de Almería, que en todo este tiempo ha defendido que no propuso a Resurrección Galera para continuar impartiendo religión porque no reunía las condiciones exigibles para defender la moral y la doctrina cristiana, ha dicho respetar la sentencia, aunque ha eludido realizar una valoración hasta que no la estudie en profundidad.

Desde el Gobierno andaluz, la consejera para la Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, ha afirmado que la sentencia del TSJA representa un “paso adelante importantísimo en la libertad individual” de las personas.

El caso de Resurrección Galera es similar al de otros profesores apartados de la docencia en los últimos años por motivos relacionados con la religión.

Algunos de estos casos son los de Josué González, profesor de Educación Física de Granada, que perdió su empleo por no “evangelizar” a sus alumnos, o el de Francisca Urbano Domínguez, profesora de religión en Monda (Málaga), a la que le ocurrió lo mismo por “no dar ejemplo, no ir a misa y tomar copas con sus compañeros”.