opinión >

La vida es brutal > Tomás Cano

Si la vida es brutal, desagradable y corta. Leyendo a Benavente , me quedó gravada la frase de que “la calumnia no puede ser más que la venganza de los cobardes”.
Treinta y cinco años dedicados a la aviación, en la que he recibido honores, que son efímeros y también he tenido que afrontar las acusaciones injustas para destruir mi prestigio personal y profesional, he sido acusado de destructor de compañías aéreas y hasta he sido amenazado de muerte.

Ante todas estas acusaciones nadie se ha preguntado, que para conocer a una persona no hay que preguntarle lo que piensa, sino lo que ama, y yo amo la aviación, aunque en el transito de mi vida haya dejado aristas, y cometido torpezas y errores a veces de bulto, a veces cometidos por mi mismo y otras por mis consejeros.
Todo consejero da consejos, pero encontramos quien aconseja en su propio interés.

Guardaros pues de los consejeros , mirar antes de que tienen necesidad, porque también ellos aconsejan en provecho propio, no sea que te tiendan una trampa.
Estaros al consejo de vuestro corazón porqué nadie te será tan fiel.

Después de todos estos años dedicado al transporte aéreo y haber conocido a tanta gente, haber creado empresa y puestos de trabajo, aún reconociendo excepciones el sabor que me ha dejado me lleva a recordar día a día el poema que aprendí de niño cuando me educaba en un Orfanato.

“Era yo niño y le dije a la Pena:

Ven, contigo he de jugar. Ahora todo el día la tengo a mi vera, y por las noches siempre me confiesa: Mañana otra vez volveré junto a ti vendré y me quedaré.

Juntos caminamos por la floresta junto a mi susurran sus tenues pisadas; y para nuestras cabezas resguardar ha construido un cobertizo invernal; y por las noches, entre gotas de tormenta, oigo cómo, junto a mi, suavemente alienta.