caso aitana > muerte de una niña de tres años en arona (noviembre de 2008)

Libran de culpa a los doctores

La niña ya llegó a La Candelaria en estado crítico. | DA

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Siete meses después de que lo solicitara su abogado defensor y el Servicio Canario de Salud (SCS), el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Arona comunicó ayer a las partes un auto en el que su titular decide el archivo de la denuncia presentada por Diego Pastrana contra las doctoras del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria y su compañero del centro de salud de El Mojón que trataron a la pequeña Aitana antes de morir, un triste suceso acaecido a finales de noviembre de 2009.

Esta decisión judicial, adoptada por el magistrado-juez Evaristo González al no apreciar indicio alguno de infracción penal, puede ser recurrida por el demandante en un plazo no superior a los cinco días.

La acusación

La denuncia de Pastrana, que cuando tuvieron lugar los hechos era la pareja sentimental de la madre de la niña y está acusado en otro juzgado por su presunto homicidio, apuntaba a que las doctores en cuestión eran constitutivas de un delito de imprudencia profesional grave, otro de acusación falsa y un tercero de falsedad documental.

Ello se debe a que, a juicio del demandante, los doctores aludidos habrían errado en el tratamiento adecuado para la pequeña, finalmente fallecida. Sobre las otras dos acusaciones, cabe recordar que a Pastrana, en un principio, se le señaló como supuesto maltratador de la niña, al extremo de que se difundió que su cuerpo presentaba síntomas compatibles con los propios de quienes sufren abusos sexuales continuados.

Argumentos del juzgado

La argumentación recogida en el auto judicial para motivar el archivo de esta denuncia arranca recordando que la jurisprudencia reciente sobre el concepto de imprudencia en el nuevo Código Penal requeriría, dicho sea en términos más asequibles que los propios de la práctica jurídica y aplicados al caso que nos ocupa, que la muerte de la niña se hubiera debido a un error garrafal de los doctores que lo trataron. Un fallo de tal magnitud que pudiera ser catalogado como “una ineptitud incompatible con la profesión, torpeza o descuido inexcusable conforme con la lex artis”, es decir, con el conjunto de prácticas médicas aceptadas generalmente como adecuadas.

El magistrado-juez reitera en el auto, tras citar variada jurisprudencia, una conclusión que resume al apuntar que “en la vía penal solo se castiga la mala e imperdonable praxis [práctica] profesional, no el error en el diagnóstico no cuantitativo”.

En cuanto a la posible falsedad, viene a señalar que no se advierte en los profesionales “la intención de faltar a la verdad”.

A este respecto cabe recordar que fue desde el centro de El Mojón de donde surgió la alerta al detectarse los referidos síntomas compatibles con una agresión sexual que, finalmente, fue descartada al realizarse la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife.

Origen

Como recordarán los lectores, el llamado caso Aitana se origina el sábado 21 de noviembre de 2009, cuando la pequeña sufre una caída de un columpio mientras jugaba en un parque infantil de Las Galletas.

Tras acudir al médico, se descartó que sufriera lesiones de importancia e incluso el lunes fue a clase, pero al día siguiente la niña se encontró mal y hubo que volver al centro de salud para que fuera tratada. De forma inexplicable para su madre (Belén) y su entonces novio (Diego Pastrana), la salud de Aitana empeoró gravísimamente al punto que tuvo que ser reanimada en el centro de salud e ingresó ya en estado crítico en La Candelaria. Después de la muerte de la niña, Pastrana fue señalado por un sinfín de medios de comunicación como violador y asesino, para ser puesto en libertad días después al concluir la autopsia que se trataba de un accidente.

Sin embargo, la ruptura de la pareja ha motivado que siga viva la acusación de homicidio contra Diego Pastrana, al presentarse otro informe sobre su muerte que sostiene la misma.

Los forenses madrileños rodean al abogado que los contrató, García Montes. | DA

[apunte]

Caso para rato

A expensas de que este archivo de la denuncia contra las dos doctoras de La Candelaria y su compañero de El Mojón sea o no recurrido por la representación legal de Diego Pastrana, lo cierto es que al llamado caso Aitana le aguarda un largo recorrido procesal. Ello se debe, por un la do, a la acusación por presunto homicidio que contra el propio Diego se sustancia en el juzgado de Primera Instancia número 2 de Arona.

En la actualidad, tal causa se encuentra a expensas de que un equipo de forenses del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas dilucide si la niña murió por un accidente, como defienden sus colegas tinerfeñas, o no, como apuntan expertos madrileños contratados por la madre, quien cambió de opinión sobre Pastrana tras poner fin a su relación sentimental.

[/apunte]