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Los Reyes Magos > Benito Cabrera

En el mito de los Reyes Magos que adoran al Niño-Dios confluyen diversas costumbres y ritos, que se fueron mezclando a lo largo de los siglos, como ocurre con muchas de las tradiciones ligadas a la liturgia judeo-cristiana. Tan solo el Evangelio de Mateo hace referencia a la visita de unos magos venidos de Oriente. En ningún pasaje de la Biblia se dice que fueran reyes, ni tres, o que uno de ellos fuera de raza negra. En las primeras representaciones pictóricas solían aparecer cuatro y se les mostraba con el gorro frigio, propio de los sacerdotes persas.

La importancia de la creencia en esta adoración se plasma en multitud de obras maestras de todas las épocas del arte occidental. También en lo que se considera la primera pieza escrita del teatro español, que no es otra que el Auto de los Reyes Magos, un texto dramático que se remonta al siglo XII, encontrado en la Biblioteca de la Catedral de Toledo.

En el ámbito popular, diversos Autos de Reyes y de Pastores se representan en toda España. En Canarias son varios los pueblos que cuentan con la tradición de estas escenificaciones. Agüímes y Gáldar por Gran Canaria, Betancuria por Fuerteventura, Garafía y Mazo en La Palma, o diversos pueblos de Tenerife, como Garachico, son algunos ejemplos. Uno de los más conocidos es el de Tejina, donde se mima cada edición como uno de los grandes momentos festivos del año.

Según el investigador majorero Navarro Artiles, la mayoría de los textos que perviven en Canarias son adaptaciones de la misma obra: La Infancia de Jesucristo, poema dramático dividido en doce coloquios, escrito por Gaspar Fernández y Ávila, editado en Cádiz en 1842.

Pasaron los Autos de Reyes. Nuestra felicitación a todas las personas que los hicieron posibles un año más.