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Un PSOE partido > Francisco Pomares

Las asambleas de afiliados que inauguran el proceso precongresual del PSOE en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria han arrojado un resultado inesperado: en ambas, con una participación muy baja que demuestra el crítico estado de desmovilización y desencanto de los socialistas, han triunfado -por escasísimo margen- las candidaturas apoyadas por Juan Fernando López Aguilar, que apoyan la renovación de Carmen Chacón frente a Rubalcaba. En Las Palmas, López Aguilar superó el listón del 50 por ciento de los votos en unas décimas, frente al candidato oficial, el consejero insular Augusto Hidalgo. José Miguel Pérez ni siquiera se presentó, quizá para evitar el desgaste de una posible derrota. En Santa Cruz, el sector oficial fue también derrotado por un margen algo menos escaso, ganando un heterogéneo grupo de afiliados contrarios a la actual gestora, integrado por miembros de la dirección suspendida, simpatizantes de Corrales y seguidores de López Aguilar. Desde un punto de vista formal, los resultados no tienen nada que ver con Canarias. Pero en la práctica suponen un indudable revés para la dirección regional, por cuanto demuestran que en las dos principales agrupaciones del archipiélago la mitad de los afiliados no están con ellos. Tras el congreso que convirtió a José Miguel Pérez en secretario general, la creación de la gestora de Tenerife, la salida de los díscolos próximos a Santiago Pérez y la creación de Socialistas por Tenerife, lo lógico habría sido que la ejecutiva regional no tuviera demasiados problemas para hacerse con el control de las principales agrupaciones, en las que debería haberse desvanecido la disidencia. Los hechos demuestran que no ocurrió así, y adelantan un congreso regional complicado, en el que -sin duda- la oposición a la dirección actual contará con apoyos importantes y con la capacidad de montar una candidatura alternativa con posibilidades. El PSOE canario es hoy un partido dividido, en el que una parte muy importante de los afiliados sigue manteniendo su oposición al pacto de Gobierno con Coalición Canaria. Probablemente, los resultados de Santa Cruz y Las Palmas no son exportables a toda la región, donde el peso de los alcaldes y líderes locales es mucho más fuerte que en las dos capitales. Pero la dirección del PSOE canario haría bien en activar sus apoyos -si es que los tiene- y en plantear alguna salida a la situación actual que -con vistas al congreso regional- pinta más bien feo.