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Una pequeña ciudad sobre el mar

[apunte]El Costa Serena fue construido en el año 2007 y ya ha visitado la isla de Tenerife en dos ocasiones anteriores. / FOTOS: JAVIER GANIVET[/apunte]

NANA GARCÍA | Santa Cruz de Tenerife

En los últimos meses el paisaje del casco histórico de Santa Cruz ha estado envuelto por la oleada de visitantes que, a bordo de decenas de barcos de crucero de diversas compañías, arriban a la capital tinerfeña, “un puerto seguro, con mucho calado y buenas condiciones” para su trayecto vacacional. ¿Quién no se ha preguntado cómo es el interior de esos buques y qué ofrecen a los pasajeros durante la travesía? DIARIO DE AVISOS tuvo la oportunidad de entrar ayer en el Costa Serena, transatlántico que pertenece a la compañía Costa Cruceros y que visita por tercera vez el puerto capitalino desde que se construyó en 2007.

“Nuestro país es Costa”, comenta Diego Hidalgo, delegado comercial en Canarias de Costa Cruceros, quien, acompañado por la responsable de Relaciones Públicas, Lucía Angeli, y la azafata para españoles, Isabel Boadilla, hace de cicerone en esta pequeña ciudad sobre el mar, mientras unos 2.000 de los 3.200 pasajeros aprovecha el “buen tiempo” invernal de Tenerife para hacer excursiones o mejorar la economía de muchos sectores: desde comercios, hasta restaurantes, bares y taxis.

Detalles

Si hay una característica que define a Costa Serena, que su personal lo traslada al conjunto de la compañía, es que es un barco de y para el detalle. Esta cualidad se traduce en salones específicos para fumadores de habanos y pipas, gimnasio, piscina,bares exclusivos para parejas, para amantes del deporte y la cerveza, una zona de camarotes asociados al spa con restaurante propio, etc. Cual Babel marítima, entre los 1.090 tripulantes de este transatlántico existen 84 nacionalidades. Su capitán es Paolo Benini y la atención es personalizada en seis idiomas (inglés, francés, alemán, italiano, español y portugués). “No podemos permitirnos hacer un crucero monográfico, pero sí hay todo para todo tipo de clientes”, expresa Diego Hidalgo. La relación entre Costa Cruceros y Tenerife se remonta al año 1948, año en que el María Costa pasó por el puerto capitalino rumbo a Sudamérica. En un principio, la compañía constituyó “la famosa Línea C que llevó a muchos de los emigrantes canarios a América”. En la actualidad, la finalidad de sus 15 buques se reduce a ofrecer vacaciones con dos premisas: diversión y relajación en alta mar.

Según explica Diego Hidalgo, Costa Cruceros es la única compañía que tiene todos sus barcos matriculados en Europa, “lo que es un detalle importante a efectos fiscales”. Aunque la empresa originariamente era italiana, en la actualidad pertenece a Carnival Corporation, el grupo de cruceros más grande del mundo, que cuenta en la con 101 buques y su competidor más cercano es Royal Caribbean.

Costa nació en 1854 como una empresa de barcos de carga y empezó a transportar pasajeros en 1948. De hecho, sus miembros se consideran “casi” inventores de la industria de cruceros. En lo que sí han sido pioneros es en “hacer paquetes de avión y crucero” en los años 50 del siglo pasado, con el objeto de acercar a los europeos al Caribe; también en ofrecer gratuidad para los niños (de seis meses a 17 años) y el plan familiar.

Una gran oferta para disfrutar en días

Desde un teatro, pasando por un casino, discoteca, salones de música en vivo (de cámara, folk, reggae, etc.), un hospital, comercios, una biblioteca, piscina en la cubierta, un área dedicada a niños y adolescentes donde cuentan con un cuidador desde las 9.00 a las 23.00 horas . Como curiosidad, el buque tiene 17 plantas, según evidencian los botones de los ascensores (panorámicos e interiores), aunque no tiene piso 13 porque del 12 se salta al 14, “por superstición”. Arriba, las actividades, abajo, los camarotes del personal, la lavandería, los almacenes, los talleres y la cocina.