LUIS F. FEBLES | La Matanza
La tradición ganadera de la Isla, la recuperación de las costumbres más arraigadas y la fe en su expresión más popular, se dan cita en La Matanza. Todos los caminos conducen desde el próximo domingo al barrio matancero de San Antonio Abad, con motivo de la celebración durante los próximos tres domingos de las fiestas y Octava Ganadera (22 y 29 de enero y 5 de febrero) en honor del santo patrono de los animales.
Así, durante la rueda de prensa celebrada ayer en el Ayuntamiento, el alcalde de La Matanza, Ignacio Rodríguez; el concejal de Agricultura, Miguel Ángel Pérez Pío, y el miembro de la Comisión Organizadora, Laureano Febles, explicaron la programación de la Feria y Octava Ganadera de San Antonio Abad 2012, así como el itinerario ganadero De promesa: camino a San Antonio a pie desde La Laguna a La Matanza.
Amplio programa
El programa contempla, durante los tres domingos de las fiestas, una serie de actos religiosos y populares en el recinto ferial, la plaza y la ermita. De esta manera y como preámbulo, para el sábado se ha organizado una ruta turística medioambiental bajo los evocadores títulos San Antonio en el Recuerdo y la Noche del Ventorrillo. Como plato fuerte, para el 5 de febrero a las 10.00 horas está previsto el desarrollo de la tradicional prueba de arrastre de ganado. En cuanto a la Octava Ganadera y el recorrido, el Ayuntamiento espera recibir alrededor de 10.000 visitantes y varios miles de cabezas de ganado vacuno, ovino, caprino y equino, junto a animales de compañía.
Al igual que en los dos últimos años, se desarrollará el recorrido tradicional de Promesa Camino a San Antonio, una iniciativa en la que la Corporación cuenta con la valiosa colaboración de Agate. Durante este año se continuará dando cabida a las representaciones en el entorno de la plaza de San Antonio de obras teatrales en las que se trazará una semblanza histórica del barrio y su fiesta, desde sus inicios en la Batalla de Acentejo, hasta nuestros días.
Cita con la historia
La tradición sitúa a la venerada imagen como la primera escultura de un santo que llegó a Tenerife una vez finalizada su conquista, algo lógico si se tiene en cuenta que su presencia en el pueblo y el comienzo de su culto está directamente relacionado con la figura del madrileño Antón Vallejo. El citado personaje fue escribano del Cabildo de La Laguna y acompañante de Fernández de Lugo en la célebre Batalla de Acentejo, cuyo frente principal se debió desarrollar en las inmediaciones del templo.
Fue durante la contienda cuando Antón Vallejo, viendo peligrar su vida, se encomendó a su patrono y prometió erigirle una ermita si salía con vida de la batalla, voto de fe que cumplió a los pocos años. Consta documentalmente que el templo primitivo estaba ya construido en junio de 1539, así como su patronato y capellanía, contando con 50 fanegadas de terreno.