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“Se oyó un golpe, el avión empezó a descender y la gente gritaba”

El motor del Airbus 321 afectado, tras su vuelta a Barajas. / CEDIDA

STEPHANIE IACOBELLI-TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

“Se escuchó un golpe seco, el avión empezó a caer y, mientras el piloto trataba de controlarlo, se oían los gritos de los demás pasajeros”. Así describe la tinerfeña Carolina la tremenda impresión que vivió el pasado lunes en un Airbus 321 de Iberia cuando, nada más despegar de Barajas con destino Tenerife Norte (Los Rodeos), uno de los motores de la aeronave se incendió y tuvo que retornar al aeropuerto madrileño.

La afectada. que volvía de la capital de España en compañía de su pareja sentimental -Gastón-, explica que tras aquel “ruido aterrador”, el avión empezó a perder altura a pesar de que apenas hacía unos siete minutos que había despegado. “Los pasajeros comenzaron a gritar, la mayoría eran personas mayores, y una señora que estaba sentada justo detrás mía tuvo un ataque de ansiedad, mientras que otra que estaba al lado no paraba de rezar” señaló la tinerfeña, que viajaba justo en el asiento 19 A, que daba al ala izquierda donde se encontraba el motor afectado.

Cuando la aeronave se estabilizó, el capitán informó por megafonía a los pasajeros de que habían impactado contra un grupo de aves por lo que era necesario volver a aterrizar en el aeropuerto de Barajas.

Tras diez minutos de espera, felizmente tomo tierra. Ya en Barajas les esperaban los bomberos y la Guardia Civil, que se encargaron de llevar a cabo las labores de evacuación. El cuerpo de bomberos se encargó de apagar el fuego que despedía el motor afectado por el impacto.

Mientras tanto, Carolina se recuperaba a duras penas de la doble consecuencia que el accidente le provocó: por un lado, la ansiedad lógica tras semejante experiencia, por otra una lumbalgia que le fue diagnosticada a su llegada a Tenerife y que le obligó a coger la baja laboral.

La tinerfeña lamenta que a su llegada a Barajas no vio a nadie y que del avión solo recuerda al sobrecargo y al piloto, que se encontraba a las puertas de la aeronave durante la evacuación. También relata que fue la azafata de tierra quien, al llegar a la terminal, les indicó que en 15 minutos saldría el próximo vuelo, espera que se extendió aproximadamente dos horas, según la pasajera.

A Carolina, que ayer presentó una queja ante Iberia por lo que considera nula atención dada la gravedad de lo acaecido y que hoy tenía previsto presentar denuncia en el juzgado, difícilmente se le olvidará aquel fin de semana que, junto a Gastón, voló a Madrid a ver un apasionante Atlético de Madrid- Barcelona.

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Francisco Díaz: “Pensé que se caía”

“Pensé que se caía”. La descripción es de Francisco Díaz, otro de los pasajeros del avión al que se le incendió un motor cuando viajaba hacia Tenerife, ofrecida a Europa Press tras su llegada a la Isla en la tarde de ayer. El siniestro, acaecido el pasado lunes y que Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) achaca al impacto del aparato con unas aves, quedó en susto aunque de los grandes, tal y como reflejan los que iban en el accidentado vuelo. Si bien otra pasajera, Carolina, habla de pánico, para Díaz no se llegó a tanto aunque reconoció que la gente estaba preocupada. También señaló que su reacción fue “más de tristeza que de miedo” y que, en el momento del impacto, se escuchó un “estruendo tremendo”. Explicó igualmente que, según pasaba el tiempo, la situación parecía estar bajo control, lo que le llevó a tranquilizarse, puesto que minutos después del impacto, el capitán de la aeronave informó de lo ocurrido. Otro de los pasajeros a bordo destacó el comportamiento “ejemplar” de toda la tripulación resaltando, sobre todo, el de los pilotos.

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