LA MIRILLA >

Borrachera verbal > Román Delgado

Esto es el mundo al revés: el carnaval ya no está tanto en la calle como en un estadio de fútbol, con árbitro disfrazado o sin él, o bien en una manifestación de protesta contra la reforma laboral cocinada hace días, en olla exprés, por el Gobierno de Mariano Rajoy, quizá al que mejor se le dan los fogones, por lo que se va viendo, que, por cierto, ésta es actividad de la “derecha derecha”, que diría Román Rodríguez, expresidente de la Comunidad Autónoma y hoy al frente de Nueva Canarias. También es diputado autonómico. Y no se sabe si Rodríguez dice esas cosas para que alguien se crea que en este país o en nuestra región existe la izquierda. O quizá mejor: Rodríguez habla de la “derecha derecha” para él poder encontrar acomodo en la “derecha” a secas, que, como sigamos con esta locura, habrá “derecha derecha derecha”, y hasta “derecha derecha derecha derecha”. O sea, que está claro: aquí no hay izquierda que valga y ya todo es “derecha”, con más o menos palabras idénticas dependiendo de que queramos estar más a la izquierda o más a la derecha, pero siempre dentro de la derecha, ¡ojo! Dicho esto, que puede parecer una tontería, remato que la democracia, sí, la democracia, se ha encargado, no sin apoyos, de liquidar a la izquierda, a la que ha relegado a una esquina oscura y cascarillada de un callejón sin salida. Pero lo cierto es que yo quería hablar de los distintos carnavales que hoy en día uno halla en cualquier lugar, en cualquier pírrico espacio, como las convocatorias ya señaladas, aunque quizá convenga decir que uno de los mejores carnavales (¡no!) puede ser encerrar en una tertulia televisiva o radiofónica a tres personas que hablan por los codos (que sólo hablan por los codos), uno de cada bando (por ahora dejo a Román Rodríguez fuera del club), y seguro que ya saben a quiénes me refiero… ¿A que sí? Bueno, se los digo: los que más hablan, también denominados portavoces que hablanporloscodos, son, sin género de dudas, Antonio Alarcó, por el PP; Juan Fernando López Aguilar, por el PSOE, y José Alberto Díaz-Estébanez, por CC. ¿Estarán de acuerdo, no? Pues a lo que iba, que este lunes de Carnaval estuve de carnaval y, en algún momento de la amanecida, a esos tres señores los escuchaba vociferando cosas de entre los mogollones, uno intentando superar al otro en intensidad de palabrería, y al final fue tal el ruido que se produjo que todo se apagó, incluso la música, que ya eran las seis y media de la mañana. Y en mi cabeza ese trío seguía con su batucada hortera, nada que ver con Los Panchos. Más tirando a Pepe. ¡Cuánto los admiro! Tanto como a mi colega Alfonso, al que su maldita espalda hoy encañonó y por eso estoy aquí, y con estas, aprovechando para hablar de aquellos tres, que me hacen mucha gracia cuando hablan sin dejar hablar, cuando sólo se oyen a sí mismos, con el silencio a muchos kilómetros de distancia. Ayer me levanté con resaca y ese ruidito en la cabeza. ¡Sigan bailando!