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Cómo nació el Carnaval de Día > Ángel Llanos Castro

Una de las claves para entender la crisis del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife entre 2005 y 2007 (además del escándalo creado por Rafael Amargo), fue hacer siempre lo mismo. La fiesta comenzaba cada vez más tarde (la gente bajaba a partir de las 2.00), muchos aprovechaban el puente para irse de Santa Cruz (los más jóvenes a apartamentos del sur), los altos índices de alcohol y otras drogas en un corto espacio de tiempo hacían estragos unos y ahuyentaba a otros. En definitiva, se abandonó su vertiente familiar.

Las cosas no pasan por casualidad: Azpilicueta como director artístico, Galarza como autor del cartel y Oñate como edil de Fiestas, eran sinónimo de éxito. Y así fue. En 2008, la Gala salió del Recinto Ferial a la calle (La Magia fue el tema del espectáculo del Parque Marítimo), se acertó con la canción oficial (Hip Hop Conga, de Orishas), se redujo la final de murgas a 7 (aunque deberían ser 6), se incrementaron las ayudas a los grupos (columna vertebral del Carnaval), se recuperaron las exposiciones culturales (Reinas en miniatura, trajes de murgas, talleres de disfraces, Carnaval en verano…), se incrementó la promoción exterior de Santa Cruz con patrocinios privados y fondos europeos (de Sophia Loren y Gerard Depardieu a la lona de 500 metros en plena Gran Vía de Madrid), se bajaron los precios de las entradas, se arregló el conflicto del ruido (que un año antes enfrentó a vecinos en los juzgados) y Diego Navarro trazó una obra de arte en la obertura de la elección de la reina.

Pero no era suficiente. Faltaba cumplir con el compromiso (electoral) de situar a la familia tradicional como protagonista del Carnaval; en el centro de la toma de decisiones. Tocaba utilizar la inteligencia. ¿Cómo conseguir bajar las dosis de alcohol, que los padres pudieran disfrutar de una fiesta multitudinaria con sus hijos, con personas en sillas de ruedas, con los abuelos, todos juntos?

Y la respuesta llegó en un almuerzo con Paco Padrón: “hazlo de día”. La memoria es corta, pero las críticas previas fueron duras (“Llanos se volvió loco, eso será un after para borrachos resacados”, llegaron a decir algunas murgas). Antes claro; después, todo felicitaciones. Fue una apuesta política, y salió bien (Vegueta ya la ha copiado).

Cuatro años después, los efectos de la crisis económica sobre los presupuestos públicos, así como las deudas acumuladas de ejercicios anteriores, hace impensable hoy en día ediciones como la del 2008, por lo que aún tiene mayor mérito la razonable edición del Carnaval que el actual equipo de gobierno está efectuando. Gobernar con dinero, lo hace cualquiera, y es en los momentos difíciles en los que se valora a los buenos gestores.

*Exportavoz del PP en el Cabildo de Tenerife y en el Ayuntamiento de Santa Cruz