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Informe del Grupo de Expertos en Seguridad y Emergencias de Canarias.

Asunto: valoración de seguridad en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife.

Dentro de las tareas de control de la seguridad en las Islas, este departamento desplazó un equipo para establecer el grado de eficiencia en la vigilancia de la delincuencia que opera en el entorno del puerto de Santa Cruz de Tenerife. Una vez en el teatro de operaciones, coincidiendo con la llegada de dos importantes cruceros, nuestro equipo procedió a camuflarse entre los visitantes que descendían de los barcos.

Nuestro equipo pudo detectar integrados en el grupo a varios ciudadanos rumanos disfrazados de turistas. Al parecer es habitual que trabajen entre los visitantes, camuflándose como extranjeros, para proceder así a robarles sus pertenencias. De igual forma, pudimos detectar a un grupo de policías locales, asimismo disfrazados de turistas, que vigilaban estrechamente a los falsos turistas rumanos (los policías locales fueron fácilmente identificados por llevar muy ajustadas las camisas hawaianas). Ambos grupos eran controlados por un discreto operativo de la Policía Nacional, de paisano (detectados al llevar las tradicionales sandalias, pero sin calcetines), que también establecía un perímetro de control sobre los ciudadanos rumanos disfrazados de turistas y los policías locales de paisano. Y todos ellos eran seguidos, a una prudente distancia, por un grupo de falsos turistas alemanes que en realidad estaba formado por una fuerza especial de la división secreta de la Guardia Civil (delatados por sus relojes del Real Madrid) que controlaba los movimientos de los restantes grupos.

Considerando que un gran número de turistas fueron introducidos en guaguas y repartidos por el interior de la Isla, el grupo sometido a vigilancia en Santa Cruz quedó muy mermado. De hecho, al menos el día de autos, estaba formado por nuestro propio equipo, los ciudadanos rumanos disfrazados de turistas y los grupos de policías camuflados asimismo como turistas. Bien sea porque los rumanos se apercibieron de la presencia de eficaces servidores del orden público o porque no se dio la ocasión, durante el paseo en guagua por la ciudad, el almuerzo en un restaurante de la plaza de España y los paseos por la desértica zona del casco histórico, no se registró ninguna tentativa de robo.

Más tarde se pudo comprobar que los rumanos eran, en realidad, turistas rumanos, lo que explica claramente su buen comportamiento.

Nuestro informe establece un buen nivel de seguridad para los turistas en la capital tinerfeña.

Twitter@JLBethencourt