va por el aire > Benito Cabrera

El carnaval de los empolvados > Benito Cabrera

Una de las tradiciones más arraigadas en el carnaval tradicional canario era la de empolvarse a sí mismo y a los demás con harina o talco. Las referencias históricas abundan en Gran Canaria, La Palma y Tenerife, islas en las que arrojar huevos talco o salir a la calle embadurnados de harina era muy habitual. Así lo relatan cronistas como Domingo J. Navarro, Lope de Guerra o Francis Coleman. El historiador Viera y Clavijo, en su poema Los Meses, nos cuenta: “Ya arrojan al cabello limpios talcos / Ya al pulcro rostro harina y almidones”.

Esta costumbre está extendida por países como Grecia, donde una tradicional guerra de harina pone fin al carnaval en la localidad de Galaxidi, durante el llamado Lunes Limpio. También en varias regiones del norte de Argentina, como Jujuy, se celebra un carnaval en el que los participantes desentierran al Diablo Carnavalero, que es quien fecunda a la Pacha Mama. Finalizada la ceremonia todos bajan cantando canciones y se tiran agua, harina, talco y serpentinas.

En el ámbito peninsular, encontramos guerras de harina en el carnaval de la localidad norteña de Xinxo, en comunidades andaluzas como Alozaina (Málaga), así como en Tolox y Yunquera, pueblos de la Comarca de Valle del Guadalhorce.

Las harinas y los empolvados resultaban molestos para algunos y las diferentes prohibiciones consiguieron ir erradicando en Canarias esta costumbre, que pervive aún en Santa Cruz de La Palma bajo el nombre de Los Indianos. Su forma actual data de 1966 y es una exaltación de la huella que los emigrantes a Cuba dejó en la Isla Bonita.

Las vestimentas evocadoras de los retornados de América, las parrandas con canciones caribeñas, el personaje de la Negra Tomasa y las nubes de polvos de talco, traerán este lunes la celebración festiva por excelencia del carnaval palmero.