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El Lomo de Las Casas, refugio de recolectores de helechos

Navarro Mederos presentó las conclusiones de los sondeos en el MaB. / EFE

DAVID SANZ | El Paso

Un equipo de arqueólogos, liderado por el profesor de la Universidad de La Laguna Juan Francisco Navarro Mederos, ha hecho una serie de sondeos en el barranco de Las Ovejas, también conocido como el Lomo de Las Casas o Los Corrales, muy cerca del actual Refugio de El Pilar, en El Paso, y cuyas conclusiones se presentaron en un acto que tuvo lugar la noche de este viernes en el Museo Arqueológico Benahoarita (MaB), al igual que el caso de Buracas (Garafía).

Navarro Mederos, que estuvo acompañado en la presentación por la consejera insular de Cultura, María Victoria Hernández, y el jefe de servicio de Patrimonio del Cabildo, Jorge Pais, destacó que este poblado de alrededor de un centenar de edificaciones se construyó, “como muy antiguo, sobre el siglo XVIII” y garantizó que “no hay evidencias de que fuera construido por los benahoaritas”, aunque sí se ha constatado su presencia en este entorno. Y es que el material cerámico encontrado en los sondeos que se han realizado ronda entre los siglos XVIII y XX.

Pero con qué fin se realizó este poblado. La configuración actual de esta zona de El Paso no tiene nada que ver con la que tenía anteriormente. El pinar que domina hoy en día, antes era “un matorral como el que podía haber en la cumbres de El Paso”, modificado fruto de una reforestación que se hizo en la zona. “Era un terreno interesante como pastizal, ideal para el pastoreo, pero hoy no queda nada de eso, porque el pinar se ha cargado el resto de la vegetación que hubo allí”, explicó Navarro Mederos.

Elemento básico

El recurso clave para la estancia de estos pobladores era el cultivo de los helechos, cuyas raíces se emplearon en las épocas de mayor carestía para hacer gofio en sustitución de los cereales. Así las cosas, el Lomo de Las Casas se presenta como el espacio de residencia temporal de quienes recolectaban esta planta de la que sacar un elemento básico de la alimentación en los tiempos de mayor necesidad.

Navarro Mederos leyó un documento poco conocido del archivo Antonio Pestana que se encuentra en el Museo Canario, donde describe cómo era esta actividad, indicando que se solía ir a cavar el helecho el tercer domingo de julio y se marchaban el ocho de septiembre”. Además, indica que “las mujeres venían a traerles de comer los lunes y viernes y se llevaban los helechos. Incluso, llegaban a nombrar a un alcalde temporal para cuando convivían en ese entorno”.
Juan Francisco Navarro Mederos considera que, dado el número de habitantes que por entonces tendría El Paso, “un porcentaje altísimo de vecinos se movían en esa época para esa parte para cavar helechos”.