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El Supremo reconoce a Coreco el derecho a pedir la caducidad de la licencia que permitió abrir Eroski en Las Palmas

EFE | Las Palmas

El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la sentencia que reconoció a la Confederación Regional de Comercio de Canarias (Coreco) el derecho a pedir al Gobierno regional que declare la caducidad de la licencia que permitió la apertura de Eroski en Las Palmas de Gran Canaria.

En 2006, la Consejería de Industria y Comercio del Gobierno canario se negó a tramitar ese procedimiento, porque consideraba que Coreco no estaba legalmente legitimada para solicitarlo.

Sin embargo, Coreco obtuvo una sentencia en favor de sus pretensiones del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), cuya Sala de lo Contencioso Administrativo, sin entrar a valorar si la licencia de Eroski había o no caducado, estimó que esta confederación autonómica de comerciantes tenía un interés legítimo para pedir al Gobierno regional que lo examinara.

El Supremo corrobora que ese interés legítimo existe, porque Coreco está formada “por organizaciones profesionales representantes del pequeño y mediano comercio de las Islas Canarias, que compiten con las grandes superficies” y que, por tanto, se verían beneficiadas por una eventual caducidad de la licencia de Eroski.

En un comunicado, la Dirección General de Comercio del Comercio canario asegura que lo que ahora plantea el Supremo ya se ha cumplido, porque ya ha permitido a Coreco formular las alegaciones pertinentes contra la licencia del Eroski de Jinámar.

Precisa, no obstante, que el fondo del asunto (si esa licencia estaba o no caducada) está pendiente de que se pronuncie el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

Comercio recalca que “cumplirá estrictamente” lo que fallen los tribunales en su momento, pero también anuncia que, a su juicio, la sentencia de este asunto “carecerá de virtualidad” cuando se dicte, porque la legislación del sector ha cambiado.

El Gobierno recuerda que, en la normativa actual, se han eliminado los criterios económicos y de saturación comercial que antes se tenían que examinar para conceder a una gran superficie la licencia específica que autorizaba su apertura.